MONASTERIO DE LOS DIEZ MIL BUDAS, Presentación Primera Parte
Idioma: español
El Monasterio de los Diez Mil Budas, situado en los Nuevos Territorios de Hong Kong, en la verde colina de Po Fook Hill y lejos del ajetreo de la ciudad, es con diferencia uno de los lugares más curiosos y fascinantes de Hong Kong.
Para llegar al templo necesitarás ropa y zapatos cómodos y algo de resistencia física, pero aunque no seas un atleta, poco a poco y escalón tras escalón lo puedes conseguir: ¡son unos 430!
A lo largo del camino que te lleva a una gran terraza con vistas a varios edificios del templo, te harán compañía 500 grandes estatuas que representan a Buda en diferentes poses, en diferentes estilos, con diferentes expresiones: si las observas, te darás cuenta inmediatamente de que no hay dos iguales.
Mientras subes las escaleras, te contaré brevemente la historia del monasterio.
En primer lugar, una aclaración: a pesar del nombre, en este monasterio, dirigido por laicos, no viven monjes, así que, si te encuentras con alguien que te pide limosna, no te fíes.
Se trata de una estructura reciente, construida entre 1949 y 1957 por un monje budista muy devoto, Yuet Kai, cuyo cuerpo se conserva en la sala principal. En los años siguientes, el fundador reunió una asombrosa colección de más de 13.000 estatuas de Buda.
Te estarás preguntando por qué se llama el templo de los 10.000 Budas.
El número 10.000 es solo una expresión típica de la región cantonesa para indicar un número alto.
Ahora, pon el audio en pausa y vuelve a reproducirlo cuando hayas llegado arriba.
Bueno, si has sobrevivido a las escaleras, habrás llegado a la terraza inferior donde se encuentran la sala principal, la sala de los Diez Mil Budas, otras salas, la estupenda pagoda de nueve pisos y la 18 Arhat Gallery, dedicada a los primeros 18 verdaderos seguidores de Buda.
Curiosidad: cuando llegues allí, presta atención y no te confundas con el complejo Po Fook Hill Ancestral Halls. Se trata de un gran cementerio dispuesto, en varios niveles, en una zona menos elevada que el templo que vas a visitar. No te dejes engañar por las estatuas doradas que se pueden entrever desde la puerta principal.
