La llamada Piedad Desplà es la obra de arte más significativa que puedes admirar en el Museo de la Catedral: este gran retablo recibe su nombre por el erudito arcediano y canónigo de la Catedral Lluis Desplà, que se la encargó a Bartolomé Bermejo, el pintor español más importante del siglo XV.
Mira esta dramática escena que se desarrolla en el contexto de un vasto paisaje: la Virgen, desgarrada por el dolor, sostiene en su regazo el cuerpo de su Hijo muerto. A la derecha de la Virgen está San Jerónimo, vestido de cardenal, inmerso en sus lecturas, tanto que lleva gafas. Acurrucado a sus pies, sestea el león al que según la tradición el santo arrancó una astilla de la pata. A la izquierda de la Virgen puedes ver la figura del arcediano, arrodillado. El retrato, de mirada melancólica, perdida en la meditación, es claramente realista, y transmite un profundo sentido de participación en el drama.
En toda la escena percibirás una profunda tristeza, puesta de manifiesto por el paisaje: sobre la cabeza de Jesús se espesa un cielo oscuro y agitado, con nubes que anuncian una tormenta inminente, en contraposición con la creciente luminosidad del amanecer, hacia el que se dirige una bandada de pájaros asustados. En el lado izquierdo de la pintura, el autor introduce también una referencia al terremoto que se produjo a la muerte de Jesús, representando un acantilado que se ha derrumbado detrás de la cueva de un ermitaño.
En esta obra maestra puedes comprobar que Bermejo conoce perfectamente la técnica de la pintura flamenca, con su minuciosa descripción de la realidad hasta en los más mínimos aspectos naturales, y cómo la combina con la eficacia de una composición sobria y monumental, que recuerda al arte italiano.
En contraste con el trágico sentimiento de la muerte, puedes observar en primer plano unos arbustos de flores y una serie de pequeños animales e insectos, todos ellos señales de buenos augurios: el lagarto es el símbolo de la salvación y regeneración del alma, la mariquita representa a la Virgen y las mariposas aluden a la Resurrección de Cristo. Además, el caracol recuerda el entierro y la Resurrección de Jesús.
CURIOSIDAD: los científicos del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona han contado y catalogado en esta obra nada menos que ¡43 plantas diferentes, tres tipos de hongos y líquenes y 22 animales!