En las salas que van de la 12 a la 15 puedes admirar el homenaje al mayor artista español del siglo XVII, Diego Velázquez. En 1957 Picasso recreó y reinterpretó hasta en 58 ocasiones, entre pinturas y estudios, Las Meninas de Velázquez, uno de los cuadros más famosos de la historia de la pintura española.
Demos un salto hacia atrás en el tiempo. Estamos en 1656 y Velázquez, pintor de la corte, representa a la infanta Margarita, hija mayor del rey Felipe IV y su esposa Mariana de Austria. Al lado de la princesa están las "meninas", es decir, las pequeñas damas de compañía, junto con la enana y el bufón de la corte, que apoya su pie sobre un perro mastín español. A la izquierda aparece el propio pintor, frente a los destinatarios de la pintura que está realizando: el rey y la reina de España, que se vislumbran reflejados en el espejo del fondo de la sala.
En la primera obra de la serie, que encontrarás en la sala 12, Picasso realiza una interpretación personal de todo el lienzo de Velázquez. Obsérvala con atención: aparecen los mismos personajes, aunque con ligeras variaciones. Si en el cuadro de Velázquez el ojo del espectador se centraba inmediatamente en la infanta, aquí se le une la enorme y desproporcionada imagen del pintor, con dos paletas en la mano, lo que por supuesto significa que el personaje más importante de todo el cuadro es el propio artista. Además Picasso elimina el color, pero aumenta la luminosidad abriendo una serie de ventanas a la derecha, que en la pintura de Velázquez no estaban. En esta escena también hay un perro, pero en lugar del gran mastín de la corte Picasso coloca a su perro salchicha.
En las otras pinturas, Picasso juega con las variaciones y las reinterpretaciones, cambiando las perspectivas y el número de personajes ¡nada menos que 58 veces! ¿Por qué tantas? Lo explicó en una ocasión el propio autor: "He reinterpretado este cuadro hasta que las Meninas de Velázquez han desaparecido y han surgido las mías". Todas las obras fueron realizadas en el breve periodo entre agosto y diciembre del 57, en su casa de Cannes. Toda la serie fue donada al Museu Picasso por el artista en el 68 en memoria de su amigo Sabartés, primer promotor del museo, fallecido ese mismo año.
CURIOSIDAD: se dice que Picasso lanzaba una maldición a sus mujeres: su primera esposa se volvió loca, Walter se ahorcó, Dora Maar se suicidó y Roque se disparó.