PEDRALBES

Historia

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Audio Guide length: 2:22
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español
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¡El Monasterio de Pedralbes es uno de los edificios más sugerentes de Barcelona!

Te encuentras en el barrio residencial de Sarrià, un nombre conocido por los amantes del fútbol porque aquí antes se ubicaba un histórico estadio, ahora demolido. Anteriormente un pueblo independiente, Sarrià es ahora una de las zonas más elegantes de Barcelona. Para llegar al monasterio has atravesado una deliciosa placita y has pasado bajo un arco que te ha introducido en un mundo religioso minúsculo y autónomo, que se ha mantenido casi igual que como era hace siete siglos: ¡una verdadera joya arquitectónica del gótico catalán! La iglesia del monasterio, armoniosa y bien proporcionada, la puedes encontrar en el lado de la entrada y la reconocerás por una torre octogonal y por una exquisita portada calada.

Debes sabes que fue una reina, Elisenda de Moncada, cuarta esposa del rey de Cataluña, la que decidió fundar en este lugar un monasterio dedicado a la Virgen María y confiárselo a las monjas clarisas, contraparte femenina de la orden franciscana. La reina había visto un pequeño convento en ruinas hecho totalmente de piedras blancas, y había quedado tan fascinada que eligió para la nueva construcción el nombre de Pedralbes, del latín Petrae Albae, que significa precisamente piedras blancas. El proyecto y la construcción de este armonioso monasterio se realizaron en tiempo récord: la primera piedra se colocó en marzo de 1326, y menos de catorce meses después el edificio ya estaba acabado: ¡una pena que la Sagrada Familia no haya sido igual de rápida!

Las hermanas formaban una especie de círculo aristocrático en torno a la reina Elisenda: de hecho, casi todas pertenecían a familias ilustres y estaban destinadas a la vida monástica desde la infancia. ¡Incluso hoy en día puedes ver en el monasterio a las hermanas clarisas!

 

CURIOSIDAD: al lado del complejo religioso se construyó el palacio de la reina Elisenda, en el que se alojó hasta su muerte en 1364. ¿Sabes por qué no queda ningún rastro del mismo? Porque en su testamento la reina ordenó que justo después de su muerte, el palacio debía demolerse meticulosamente piedra a piedra.

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