Como te decía, la visita al interior de los edificios de la plaça del Rei constituye un maravilloso itinerario, tanto en el plano arquitectónico como en el plano artístico e histórico.
La entrada al MUHBA, el Museo de Historia de Barcelona, la puedes encontrar en la Casa Padellás, del siglo XV, con un bonito patio gótico con arcos. Las indicaciones gráficas son muy claras y te ayudarán a reconocer paso a paso las épocas históricas y los edificios por los que pasarás.
Tu visita comienza con "Barcino", el nombre romano de Barcelona, con mapas, dibujos, esculturas y objetos varios. Si coges el ascensor y vas a la planta "-12" (que significa 12 antes de Cristo) entras directamente en el cofre de los tesoros arqueológicos subterráneos. En un área enorme, que se extiende hasta debajo de los cimientos de la Catedral, puedes recorrer las antiguas calles, pasando delante de edificios y tiendas; hay incluso un frigidarium, la sala dedicada a los baños de agua fría, que probablemente formaba parte de un complejo de termas.
La ciudad pagana se convierte en cristiana en la última parte del subterráneo, donde encontrarás restos de edificios religiosos de los primeros siglos después de Cristo, las murallas defensivas y la reconstrucción de una necrópolis. Continuando junto a las paredes del palacio episcopal llegas a la Barcelona medieval, con objetos de uso cotidiano, cerámicas, documentos y códices iluminados.
Desde aquí pasas a la Capella Reial de Santa Àgata, construcción del siglo XIV de una sola nave abovedada y grandes vidrieras. La gran pintura del siglo XV situada sobre del altar representa la Adoración de los Magos, sobre la cual puedes admirar la Crucifixión y al lado retablos con episodios de la vida de Jesús y María.
Tu recorrido termina en el Saló del Tinell, bellísimo ejemplo del siglo XIV del gótico regional, donde tenían lugar las recepciones oficiales del Palacio Real. Es un salón de 33 metros de largo marcado por siete grandes arcos que soportan el peso del techo de madera. Los restos de frescos del siglo XIV que puedes ver en la pared narran la conquista de Mallorca por parte del rey Jaime I.
CURIOSIDAD: la Casa Padellàs no siempre ha estado donde la ves hoy: en 1931, para dejar espacio a la vía Layetana, se desmontó piedra a piedra y se trasladó y recompuso con precisión.