Al salir de nuevo a la animada plaza de San Jaime, te encontrarás casi de frente con la fachada de estilo renacentista del Palau de la Generalitat. Mientras que el Ayuntamiento es el emplazamiento de la vida civil de la ciudad, la Generalidad catalana, instituida a mediados del siglo XIV, es el órgano político que representa en su conjunto la independencia catalana. Este edificio es el resultado de una serie de intervenciones arquitectónicas, que lo han modificado y ampliado progresivamente, hasta abarcar dos manzanas completas.
La fachada principal, noble y severa, fue realizada a finales del siglo XVI y es uno de los poquísimos ejemplos de estilo renacentista existentes en Barcelona, inspirado en los edificios romanos de la época. En la hornacina del centro, sobre la balconada, puedes admirar una enérgica estatua decimonónica de San Jorge a caballo matando al dragón. Las cuatro columnas de granito negro de la parte inferior proceden de Troya, en Turquía. Puedes ya entrever desde fuera la cúpula multicolor de la capilla del siglo XVII.
Antes de entrar, da una vuelta completa en torno al edificio, que te sorprenderá por su longitud: ¡se extiende casi hasta la Catedral! Un pequeño puente neogótico lo conecta con la Casa dels Canonges, residencia oficial del presidente de la Generalidad. El lado que da al carrer de Sant Honorat te permite observar los orígenes del edificio, que datan del siglo XIV, mientras que el del carrer del Bisbe Irurita muestra la espléndida fachada de principios del XV, embellecida con episodios esculpidos que ilustran la historia de San Jorge y el dragón. Te recuerdo que San Jorge es el santo protector de Cataluña.
Si el palacio está abierto al público, no pierdas la ocasión de visitarlo, para admirar su bello estilo gótico catalán de principios del siglo XV. En el patio, con un doble orden de esbeltos arcos, una deliciosa escalera calada al aire libre te lleva a la primera planta, donde puedes ver la capilla de San Jorge, de hermosa fachada gótica, mientras que el interior fue remodelado en el siglo XVII. No te puedes perder tampoco el "Saló de Sant Jordi", magnífica estancia para recepciones, renacentista pero con una decoración moderna, ni el jardín de naranjos elevado ni el carillón de campanas de la parte superior del edificio.
CURIOSIDAD: al lado del palacio, puedes ver también en la plaza la Caixa, fundada en el siglo XV, y que fue uno de los primeros bancos de toda Europa.