En época romana, este espléndido pueblo que los ligures fundaron en el siglo VI antes de Cristo asumió el nombre de Portus Veneris, ya que sobre su promontorio se erigía un templo dedicado a Venus, la diosa de la belleza que nació de la espuma del mar.
Entra en la parte vieja desde la plaza Bastieri, cerca de las murallas medievales y de la torre de vigilancia, y recorre el carruggio, que se caracteriza por la presencia de casas-torre muy estrechas. Este fascinante paseo te conduce hasta la punta del promontorio, sobre el que se alza la magnífica iglesia de San Pedro, que data de 1198. El interior es de estilo gótico genovés, con rayas blancas y negras, y se construyó entre 1256 y 1277. Podrás apreciar las diferencias entre la estructura vieja y la construcción posterior. La iglesia tiene un pequeño balcón de lo más curioso, desde el que puedes contemplar la isla Palmaria, que se encuentra en frente.
En cambio, en su exterior, puedes subir a una logia de estilo gótico que ofrece también unas vistas estupendas y desde la que se ve el Castillo de los Doria, la familia que gobernó Génova, ciudad que entonces dominaba Portovenere.
Te recomiendo que subas al castillo a través de la empinada escalinata. La fortaleza data de principios del siglo XII, y estaba rodeada por un foso con un puente levadizo del que podrás reconocer fácilmente los restos. El castillo y las torres están abiertos al público.
En cambio, si bajas hacia el mar, busca el precioso Santuario della Madonna Bianca, construido en el año 1098. A pesar de que se reformó en varias ocasiones en los siglos XV y XVI a causa de incendios y saqueos, su interior es verdaderamente fascinante.
Tampoco te pierdas el concurrido paseo junto al mar, plagado de bares y restaurantes, al que también acuden las numerosas celebridades que atracan sus fabulosos yates en el pequeño puerto.
Me despido con una curiosidad: junto a la iglesia de San Pedro se encuentra la gruta Byron, una pequeña cala donde el poeta solía bañarse. Se dice que Byron atravesó el golfo a nado, desde Portovenere hasta Lerici, pero quizás sea solo una leyenda.