Audio Guide length: 2.36
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español

Después de admirarlo de frente, entra en la Tribuna y observa el David desde varios puntos de vista y desde diferentes distancias. Descubrirás una obra maestra que no deja de ofrecerte detalles y rasgos interesantes e inesperados, y entenderás por qué el David es algo más que una obra perfecta realizada en una época específica de la historia y del arte, que se ha convertido en un icono atemporal, capaz de resistir las reproducciones y las reinterpretaciones más absurdas y vulgares. La grandeza, física y simbólica, del guerrero con la honda, es tal que siempre provoca fuertes reacciones, a veces incluso violentas.

Y piensa que según el proyecto original, este coloso debería estar hoy a más de ochenta metros de altura, ¡casi en la cima de la Catedral! Pero en realidad el David no ocupó nunca la que debería haber sido su ubicación. Al cabo de tres años de intenso trabajo, cuando las autoridades de la ciudad vieron la estatua, comprendieron de inmediato que había que encontrarle una ubicación alternativa. De hecho, ninguna otra escultura habría podido jamás representar los valores de la República con un poder tan convincente. Se nombró de inmediato una comisión de artistas, entre los cuales estaban genios del calibre de Botticelli y Leonardo da Vinci, a los que se les encargó la tarea de decidir dónde se colocaría la obra. Después de largas y acaloradas discusiones, el David se colocó delante del Palacio de la Signoria, sede del gobierno de la ciudad, donde todavía hoy lo puedes admirar, aunque sea una copia. Aquí, la obra de Miguel Ángel se convertiría en emblema de las virtudes republicanas y de la libertad frente a la tiranía.

Antes de llegar a la plaza de la Signoria, el Gigante, como rápidamente fue apodado por los florentinos, tuvo no obstante que hacer frente a otra empresa nada sencilla, en este caso, su transporte. Envuelto por una estructura de madera, se hizo deslizar al David sobre troncos de árboles enjabonados y colocados a lo largo del trayecto hasta la plaza, donde permanecería durante más de tres siglos.

 

CURIOSIDAD: quizá te preguntes por qué al final se decidió ponerlo a cubierto. La escasa calidad del mármol hacía que lo dañasen la lluvia, el viento y la contaminación atmosférica. Pero una vez más, la recolocación fue una tarea tremendamente laboriosa: se construyó una pequeña vía férrea a lo largo de la cual se hizo discurrir al David, cuidadosamente atado. Ten en cuenta que para el paso del voluminosos convoy fue necesario incluso ¡derribar la esquina de un edificio!

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