Pocos museos del mundo pueden ofrecerte un recorrido tan lleno de emociones como el de la Galería de la Academia. Después de la primera sala, donde te han dado la bienvenida notables esculturas y pinturas renacentistas, ve a la izquierda y entra en el espacio donde te esperan seis colosales esculturas de mármol de Miguel Ángel.
El corredor que precede a la Tribuna , bajo la que se yergue orgulloso el David, alberga cuatro grandes desnudos conocidos con el nombre de "prisioneros" o "esclavos" y un San Mateo, también de dimensiones colosales, que fue esculpido por Miguel Ángel a principios del siglo XVI para la Catedral de Florencia. Colocadas a los lados del corredor, estas imponentes estatuas te dan la bienvenida a un espacio concebido como un auténtico templo dedicado al universo artístico de Miguel Ángel; así que no te apresures inmediatamente a los pies del David, comienza con los prisioneros, iniciados a finales de la segunda década del siglo XVI y nunca terminados, y tómate el tiempo necesario para disfrutar de las emociones que te transmiten estos colosos.
Los Prisioneros o Esclavos fueron realizados para la tumba del papa Julio II, que tuvo ocupado a Miguel Ángel durante cuarenta larguísimos años y que el propio artista definió como su tragedia. Los Prisioneros deberían haber estado en la base del monumento fúnebre del pontífice. Debes saber que existen otros dos, que actualmente se conservan en el Louvre de París.
Más allá del significado original, los Prisioneros nos hablan de una ambición atemporal, en este caso la de la lucha contra los límites que oprimen al hombre.
El primero que encontrarás, a la derecha, es el llamado Esclavo joven, y al otro lado del corredor, el Esclavo que se despierta. Más adelante, también a la derecha, es el turno del Esclavo barbudo, mientras que frente a este último encontrarás el Esclavo conocido como Atlante. De los cuatro, es este último el que presenta una fase de elaboración más atrasada, mientras que la figura casi libre del Esclavo barbudosugiere una fase mucho más avanzada. Al compararlos, los cuatro Esclavos de la Academia ilustran diferentes momentos del proceso de creación de una escultura. La primera y abrumadora impresión que dan es la de luchar por liberarse del bloque de piedra en el que están aprisionados y del que querrían poder emerger finalmente. A pesar de su estado inacabado, o más bien, quizás gracias a eso, una vez que los has visto ya no los puedes olvidar.
CURIOSIDAD: piensa que al final del Renacimiento los cuatro Esclavos se utilizaron como "estatuas de jardín": de hecho, Bernardo Buontalenti los había incrustado en las esquinas de la gruta artificial del Jardín de Boboli.