Al igual que los Prisioneros, el San Mateo de Miguel Ángel, que encontrarás a la derecha, entre el Esclavo joven y el Esclavo barbudo, también quedó sin terminar.
Esta estatua de mármol de 2,16 metros de alto fue encargada a Miguel Ángel en 1503 por la Opera del Duomo de Florencia: el encargo preveía la ejecución de las estatuas de los doce apóstoles, de tamaño mayor que el natural, para los pilares bajo la cúpula de Brunelleschi. Los numerosos compromisos adquiridos por el artista lo obligaron a abandonar el proyecto, del cual lo único que existe es precisamente el San Mateo que tienes delante.
Ten en cuenta que la estatua se iba a colocar en una hornacina bastante profunda, por lo que estaba hecha para ser vista sólo de frente, y no desde abajo como es habitual. El cuerpo del santo se presenta en un movimiento de torsión, como impulsado por un fuerza interna extraordinaria que parece arrastrarlo hacia arriba. La presencia de un peldaño abajo a la izquierda obliga a la figura a doblar una pierna, mientras que la otra permanece extendida. Los brazos también presentan un esquema similar: a la posición flexionada del brazo derecho se contrapone el brazo izquierdo extendido, mientras que la cabeza y los hombros están girados, haciendo que la figura pierda su frontalidad, y que adquiera un mayor dinamismo.
Una vez más, Miguel Ángel demuestra ser un conocedor de la tradición, y a la vez un innovador. La pose se llama "contrapposto" (si un brazo avanza, la pierna correspondiente retrocede, y viceversa). La figura del apóstol transmite una abrumadora sensación de energía, que lo impulsa a superar las limitaciones impuestas por la materia, de la que querría emerger y liberarse.
Al igual que los Prisioneros que lo rodean, su estadio incompleto, es decir, el tan célebre "sin acabar" de Miguel Ángel, te permite en realidad ver casi en directo la forma original de trabajar del artista toscano, que procedía retirando progresivamente el material hasta llegar a la forma que se ocultaba en el bloque. Al lado de San Mateo puedes admirar el grupo de mármol sin terminar conocido como Piedad de Palestrina, evidentemente influenciado por Miguel Ángel, aunque los especialistas no se ponen de acuerdo en si atribuir la obra al maestra o no.
CURIOSIDAD: después de la muerte de Lorenzo el Magnífico, Miguel Ángel se encontró sin trabajo y sin casa. El hijo de Lorenzo, Pedro, llamado el Fatuo, ¡le encargó una estatua de nieve! Él aceptó e hizo otra obra maestra, que evidentemente se derritió, por lo que nunca la veremos.