Sube a la planta superior y a la derecha de la galería entra en el gran Salón del Consejo General, poderoso, gótico, con techo abovedado, y que se encuentra encima de la planta baja en la que has admirado las obras de Miguel Ángel. Aquí verás una incomparable selección de obras maestras de la escultura florentina del siglo XV, que marca el surgimiento de un modelo estilístico basado en la antigüedad, pero también en las proporciones armoniosas y en la fuerza intelectual de la figura humana.
Te aconsejo que empieces por los dos paneles de bronce que fueron presentados por Filippo Brunelleschi y Lorenzo Ghiberti como prueba de examen en el concurso para la asignación de la segunda puerta del Baptisterio, en 1401. Idénticas en forma y tema (la famosa escena bíblica del sacrificio de Isaac), en ellos se reconocen fácilmente las características de los dos artistas: en Brunelleschi, un gran equilibrio en la representación de las figuras en el espacio, pues de hecho se convertirá en un gran arquitecto; en Ghiberti, una atención por las superficies digna de un orfebre, y por eso ganará el concurso.
Pero el gran protagonista del salón es Donatello, longevo y genial escultor, capaz de lidiar con los temas y los materiales más diversos.
Ve en seguida a la hornacina gótica de la pared posterior del gran salón para ver su estupendo San Jorge, esculpido a principios del siglo XV para la hermandad de productores de corazas, y que durante un tiempo estuvo colocado en el exterior de la iglesia de Orsanmichele.
Mira la fiera seguridad en la actitud del joven santo: la postura bien equilibrada, la energía controlada y la fuerte personalidad hacen de él el verdadero predecesor del David de Miguel Ángel. El tabernáculo se completa con el bajorrelieve de la parte inferior, con la escena en la que San Jorge a caballo mata al dragón y libera a la princesa.
Entre otras obras de Donatello te recomiendo el Marzocco, es decir, el león símbolo de la República florentina, cuya copia habrás observado en la plaza de la Signoria, así como el vivaz y realista busto de Niccolò da Uzzano en terracota pintada, o el extraordinario David de bronce que apoya su pie sobre la cabeza del gigante Goliat. Observa cómo el cuerpo todavía inmaduro del adolescente contrasta con la expresión severa de su rostro.
CURIOSIDAD: Donatello era muy apreciado por Cosme de Medici, quien en su lecho de muerte le regaló una finca en el campo. Pero al artista no le gustaba la campiña y le pidió al hijo de Cosme que recuperase la propiedad. Esto le hizo gracia al Medici que recuperó la finca y le dio a cambio una renta semanal.