¡Las Capillas Mediceas son uno de los lugares más fascinantes de Florencia!
El vasto complejo de la Basílica de San Lorenzo te ofrece tal variedad de itinerarios que casi corres el riesgo de olvidarte de que ¡sigues estando en el mismo monumento! Después de salir de la basílica también podrás echar un vistazo al mercado al aire libre, que con sus puestos de peletería añade un toque de alegre confusión. Generación tras generación, los Medici reflejaron en San Lorenzo los cambios en los gustos artísticos a lo largo de los siglos: desde el humanismo de Brunelleschi al pleno Renacimiento de la maravillosa Sacristía Vieja, diseñada por Miguel Ángel, pasando por la magnificencia barroca representada por la actividad del Opificio delle Pietre Dure.
La entrada a las Capillas Mediceas, completamente independiente, la puedes encontrar en la parte posterior de la iglesia, en la plaza Madonna degli Aldobrandini, siempre atestada de gente y dominada por la cúpula barroca de la Capilla de los Príncipes. Casi parece la entrada a un museo, pero no te olvides de que estás entrando en el gran panteón de la familia que marcó la historia de la ciudad ¡desde el siglo XV al XVIII!
Una vez pasada la entrada, te encuentras en un gran sótano en penumbra, sostenido por robustos pilares: es la cripta de la Capilla de los Príncipes. Las lápidas que ves en los nichos laterales y en los pasillos pertenecen exclusivamente a los miembros de la familia Medici.
Con un toque teatral espectacular, al bajar por una escalera pasas de golpe de la semioscuridad de la cripta a la impresionante escenografía barroca de la capilla.
Fue el gran duque Fernando, a finales del siglo XVI, quien eligió esta gran sala octogonal como sede del mausoleo de la familia: para la ocasión se fundó el Opificio delle Pietre Dure, el taller especializado en mármoles de diferentes colores y piedras semipreciosas, adquiridos en todo el mundo para los revestimientos de edificios y mobiliarios.
Si miras el zócalo puedes ver los escudos de las ciudades de la Toscana, mientras que a los lados están alineados los sepulcros de granito y pórfido de los grandes duques.
CURIOSIDAD: los Medici pensaban a lo grande: ¿sabes lo que querían colocar en el centro del atrio? ¡Nada menos que el Santo Sepulcro! Hicieron varios viajes a Jerusalén para comprarlo, e incluso planearon robarlo. Pero no hubo manera: no lo lograron.