Admira los dos sarcófagos que están en las paredes y ten en cuenta que no se "añadieron", sino que forman parte del conjunto, es más, fue la propia Sacristía Nueva, con su rica y compleja articulación de ventanas, columnas y festones, la que se construyó para ellos.
Las estatuas-retrato representan a dos miembros de la familia Medici muertos a una temprana edad: los puedes ver, vestidos con sus armaduras, sentados en las hornacinas que están sobre los sarcófagos.
La tumba que ves a la derecha pertenece a Juliano de Nemours, hijo de Lorenzo el Magnífico y hermano menor del papa León X, fallecido en 1516. El joven está representado en el momento de levantarse de su asiento, girando la cabeza de repente, un poco como la famosa estatua del David. Frente a él está Lorenzo, duque de Urbino, concentrado y reflexivo.
Ahora puedes admirar las figuras alegóricas de las cuatro partes del día, apoyadas por parejas sobre las cubiertas de las urnas: el Día y la Noche en la tumba de Juliano, la Aurora y el Ocaso en la de Lorenzo. Notarás que en muchos detalles Miguel Ángel no lleva a término las estatuas, dejando una impresión de drama, de movimiento inquieto. Cada una de estas estatuas parece sentir un malestar diferente: la Aurora extiende sus extremidades con una mueca dolorosa, el Día deja entrever tras sus poderosos músculos una cara de miedo, casi de fantasma; y el Ocaso se deja caer al suelo, abatido y cansado. Solamente la Noche, dormida, parece olvidar la angustia abandonada al sueño. Pero si miras detrás de ella, descubrirás una máscara espantosa y la figura de un búho espectral.
La Noche fue muy admirada por sus contemporáneos: se consideraba tan natural y espontánea que casi se esperaba verla despertarse y levantarse. El escultor respondió a los elogios con unos célebres versos, en los que la Noche misma indica en sueños el motivo de su serenidad, y pide que no la despierten: "Grato me es el sueño, y más el ser de piedra... por eso no me despiertes, y habla bajo".
CURIOSIDAD: entre las muchas interpretaciones sobre la serenidad de la Noche, en comparación con las otras figuras que yacen sobre los sarcófagos, la más curiosa es la de un cirujano estadounidense que al estudiar el aspecto de la escultura, diagnosticó que la mujer tiene un tumor en el pecho. El sueño sería por tanto un alivio del dolor.