Has llegado a la parte que se corresponde con la cúpula, la zona más sagrada de la Catedral: te encuentras en un gigantesco octógono de 42 metros de ancho, rodeado en tres de sus lados, como los pétalos de una flor, por las tribunas proyectadas por Arnolfo di Cambio. Cada tribuna contiene cinco capillas. En el suelo de la tribuna izquierda puedes ver una placa que marca el lugar al que llegan los rayos del sol el día del solsticio de verano, pasando a través de un orificio de la cúpula. En la capilla del fondo de la tribuna central tienes las reliquias de San Cenobio, obispo de Florencia que vivió en la época del Imperio romano.
La zona bajo la cúpula data artísticamente de la segunda mitad del siglo XVI. Las ocho grandes estatuas que ves apoyadas en los pilares representan a otros tantos apóstoles. El enorme fresco del Juicio Final que ocupa la desmesurada superficie de la cúpula es de Giorgio Vasari y Federico Zuccari. Para apreciar mejor el fresco y las vidrieras circulares, diseñadas por maestros del siglo XV como Donatello, Paolo Uccello y Ghiberti, te sugiero que subas a la galería por la escalera que está al fondo a la izquierda y que cruza la cavidad existente entre las dos cubiertas proyectadas por Brunelleschi.
Al fondo, a derecha e izquierda, encontrarás las dos sacristías: ve a ver en las puertas las preciosas terracotas esmaltadas en blanco y azul de Luca della Robbia. La sacristía de la izquierda, con armarios revestidos de paneles de madera con incrustaciones, está relacionada con el famoso episodio histórico de la conspiración de los Pazzi. En un intento por derrocar el poder de la familia Medici, en 1478 un grupo de hombres aliados de la familia Pazzi atacaron a Lorenzo el Magnífico y a su hermano Giuliano mientras asistían a misa. Giuliano murió desangrado a puñaladas, mientras que Lorenzo sólo resultó herido ligeramente, y se refugió justo en esta sacristía.
Para completar la visita al interior de la Catedral, vuelve hacia atrás, a la parte de la fachada, y llega hasta la escalera que baja a la interesante zona de las excavaciones arqueológicas de la antigua iglesia de Santa Reparata, que data del siglo IV después de Cristo. Un fascinante recorrido de pasillos subterráneos te guía entre restos arquitectónicos y fragmentos de esculturas.
CURIOSIDAD: cuando todavía existía la iglesia de Santa Reparata, hasta aquí se trasladó el cuerpo del obispo San Cenobio, que antes estaba en San Lorenzo. En el traslado el cadáver rozó un viejo olmo seco que comenzó de repente a florecer. Para conmemorar el milagro, se erigió una columna conmemorativa que todavía hoy puedes ver.