PALACIO PITTI

Aposentos Reales

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Audio Guide length: 2:53
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español
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Al volver a la entrada de la primera planta, si lo deseas, puedes continuar la visita pasando a la parte más monumental del Palacio Pitti, que se encuentra en el ala derecha, donde puedes visitar la gran Sala Blanca, decorada con finísimos estucos neoclásicos, y los Aposentos Reales.

Se trata de catorce habitaciones que se prepararon en unos pocos años, a partir de 1865, cuando Víctor Manuel II de Saboya decidió trasladar la capital del joven Reino de Italia desde "su" Turín a Florencia, al tener esta una posición más céntrica, eligiendo como residencia real el Palacio Pitti. Seis años más tarde, cuando la capital se trasladó definitivamente a Roma, los aposentos se convirtieron en sede de las visitas oficiales del rey Humberto I y su esposa, la reina Margarita.

Cuando en 1912 el nuevo rey Víctor Manuel III cedió todo el Palacio Pitti al Estado italiano, los Aposentos Reales conservaron su mobiliario de finales del siglo XIX, testimonio de los seis años en los que Florencia fue capital de Italia.

Tu recorrido comienza en la Sala Verde, donde puedes admirar un lienzo de Luca Giordano empotrado en el techo, y continúa por la Sala del Trono. En las paredes cubiertas con tejidos ornamentales de color rojo puedes contemplar una bella colección de tapices flamencos y grandes retratos de cuerpo entero. El trono del rey de Italia es el asiento de madera dorada que ves debajo del baldaquino rodeado por una balaustrada, también dorada. Si te apasionan los retratos nobiliarios, en la Sala Celeste puedes pasar revista a los de la familia Medici, del siglo XVII, los "inquilinos" del histórico palacio, a cargo de un pintor flamenco especializado en el género.

La Sala de la Alcoba, luego adaptada como capilla, se ha mantenido como era en el siglo XVII: observa con atención las finas incrustaciones de mármoles de colores en los muebles de ébano, que proceden del famoso Opificio delle Pietre Dure de Florencia. Otras habitaciones de esta ala han conservado también, más o menos, su aspecto del siglo XVII: en particular lo puedes encontrar en el fresco del techo de la galería de los Aposentos del papa, obra del florentino Alessandro Allori. Pomposo y un poco pesado es en cambio el gusto de finales del siglo XIX de los dormitorios del rey Humberto I y la reina Margarita.

 

CURIOSIDAD: si estas salas te parecen poco homogéneas, ¡es culpa de las prisas! De hecho, cuando el rey de Italia decidió establecerse en Florencia, mandó traer a toda prisa desde las residencias reales de Parma y Lucca un gran número de muebles y enseres.

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