Estás de nuevo en la plaza de la Annunziata, donde vuelves a encontrar su diseño simétrico y sus pórticos que cierran sus lados más largos. No hace falta decirte que son el resultado de un plan urbanístico, posiblemente ideado por el propio Filippo Brunelleschi a principios del siglo XV.
El inicio de la construcción del Hospital de los Inocentes también se remonta al mismo periodo. Fue encargado por el "Arte della Seta", uno de los gremios más poderosos de la Florencia del primer Renacimiento, en un momento en el que la plaza estaba ocupada solamente por la vieja iglesia de la Santissima Annunziata. Es posible que desde el inicio de la construcción del hospital, Brunelleschi pretendiese transformar la plaza en un espacio unificado con pórticos simétricos. El proyecto, sin embargo, no se llevó a cabo hasta el siglo siguiente, cuando en el lado derecho de la plaza se construyeron tanto el Loggiato dei Servi, llamado así porque es propiedad de la orden de los Siervos de María, como el pórtico que está delante de la basílica.
En el Hospital de los Inocentes verás muchos detalles que representan su función original de acogida y custodia de niños abandonados: por ejemplo, los medallones de cerámica de Andrea della Robbia que decoran los espacios entre los arcos de la fachada, en los que están representados bebés en pañales.
En un extremo del pórtico puedes ver una ventana cubierta con una rejilla, a la que se llega subiendo unas escaleras: es el torno, ahora tapiado, donde las madres podían dejar a sus hijos sin ser vistas, con la seguridad de que el personal del hospital cuidaría de los niños. Los ricos archivos del hospital revelan que a menudo las madres dejaban cartas e incluso señales de reconocimiento, como medallitas rotas por la mitad, con la esperanza de que un día sirvieran para encontrar a sus hijos. Algunos de estos objetos están ahora expuestos en el museo, de reciente creación, donde podrás descubrir los espacios interiores y admirar notables obras de arte. Te recomiendo especialmente dos espléndidos retablos de finales del siglo XV, uno de Domenico Ghirlandaio y el otro de Piero di Cosimo, así como los originales de los tondos de terracota vidriada que decoran la fachada.
CURIOSIDAD: aunque el hospital ya no acoge a niños abandonados, subsiste una institución muy activa en el campo del apoyo a la infancia, continuando con una tradición de siglos en Florencia. En su interior se encuentran guarderías, un jardín de infancia, algunos hogares de acogida e incluso oficinas de UNICEF.