PLAZA ANNUNZIATA

Iglesia - Claustro Pequeño

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Audio Guide length: 2:44
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español
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Hay varias razones por las que en ningún caso puedes dejar de visitar la Basílica de la Santissima Annunziata. En primer lugar es el santuario mariano más importante de Florencia. Se puede decir que la iglesia está construida en torno a un fresco de la Anunciación del siglo XIII, que se consideraba milagroso: la leyenda dice que el pintor a cargo de la obra no lograba pintar el rostro de María. De repente se quedó dormido, y el fresco fue completado milagrosamente por un ángel. 

Pero esta basílica es también la casa matriz de los Siervos de María, una orden florentina creada por voluntad de siete nobles de la ciudad, quienes, después de distribuir sus bienes entre los pobres, se dedicaron por completo al culto de la Virgen. La iglesia adquirió la forma que ves ahora gracias a sucesivas intervenciones, primero en el siglo XV y luego en el XVII. Si recorres el lado derecho, puedes observar el robusto cuerpo octogonal del siglo XV, precedido y flanqueada por capillas de diferentes épocas.

Una vez pasada la puerta que se abre bajo el elegante pórtico de la fachada del siglo XVI, no entras de inmediato en la iglesia, sino que de forma inesperada lo haces en el Claustro de los Votos, llamado así debido a los numerosos exvotos que antiguamente se dejaban aquí como ofrenda a Filippo Benizi, uno de los fundadores de la orden y santo muy venerado en la ciudad. El pequeño claustro es una construcción ligera y elegante, diseñada a mediados del siglo XV por Michelozzo y ahora cubierta por una vidriera.

Levantando la vista hacia las lunetas puedes seguir las etapas iniciales del periodo artístico conocido como manierismo florentino: aquí podrás admirar la serie de frescos de las Historias de la vida de María y San Filippo Benizi, pintados alrededor de 1520 por Andrea del Sarto y sus dos alumnos más famosos, Pontormo y Rosso Fiorentino. Se trata de una obra tan importante que marca el inicio de una nueva era para la pintura florentina.

Te señalo en especial el fresco que representa la Asunción de la Virgen, obra de Rosso Fiorentino, donde podrás advertir la influencia de las obras impresas de los maestros nórdicos. Si te fijas, en la escena hay también un pequeño toque de ilusionismo, con el manto de uno de los apóstoles que sale desde el borde inferior de la pintura.

 

CURIOSIDAD: para las lámparas de la capilla de la Anunciación milagrosa se necesitaba mucho aceite. La mañana del segundo domingo de Pascua se celebraba una procesión muy pintoresca: un párroco conducía un burro que llevaba en la grupa dos medios barriles de aceite y un niño pequeño vestido de angelito. Se llamaba la ceremonia del "Angiolino".

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