Tu visita al complejo de San Lorenzo continúa con el convento. Sal de la iglesia y entra en el pasaje que se encuentra inmediatamente a la izquierda mirando hacia la fachada.
Después del vestíbulo, llegarás rápidamente al primer claustro, un elegante espacio ajardinado y en parte utilizado durante siglos como cementerio. Deja que tu mirada recorra el pórtico con arcos y la galería que lo corona, ya que pertenecen al mismo proyecto de Brunelleschi, aunque se realizaron unos treinta años después de su muerte. A la izquierda encontrarás el segundo claustro, más pequeño y de forma rectangular.
Al fondo del primer claustro, un pasaje te conduce a la zona del convento que en la primera mitad del siglo XVI Miguel Ángel transformó para dar cabida a la Biblioteca Medicea Laurenciana, una prestigiosa colección de manuscritos en gran parte decorados con maravillosas miniaturas.
Junto con la Sacristía Nueva, en la parte opuesta del complejo, la Biblioteca marca la nueva orientación de Miguel Ángel, que después de sus magistrales obras maestras de pintura y escultura, se interesa cada vez más por la arquitectura, proponiendo una nueva forma de expresión, intensa y dramática. Los elementos de la construcción ya no siguen el ritmo sereno y armonioso de Brunelleschi, sino que parecen entrar en conflicto, como para competir por el espacio disponible.
La misma impresión te causará el vestíbulo, una sala cuadrada, relativamente pequeña, casi enteramente ocupada por una gran escalinata de tres tramos que parece extenderse como un flujo imparable de curvas inesperadas. Tendrás casi la impresión de que las ménsulas y las columnas dobles forman parte del muro por falta de espacio.
Tras subir la escalera te encuentras en la gran Sala de Lectura, largo y espléndido espacio rectangular, luminoso y sereno. Aquí Miguel Ángel lo diseñó todo: la estructura arquitectónica, el motivo del suelo de ladrillo, repetido en el techo de madera, y los bancos incrustados en los que los libros se aseguran con cadenas para impedir su robo. En la Biblioteca se organizan exposiciones temporales para exhibir de manera rotatoria los magníficos códices miniados, sobre todo del siglo XV.
CURIOSIDAD: tu recorrido también incluye un pasadizo subterráneo con las tumbas de dos ilustres personajes del siglo XV: Cosme el Viejo de Medici y Donatello. Las puedes reconocer por las flores frescas que a menudo dejan los visitantes.
Idioma: español