Después de cruzar la rústica fachada en bruto, el interior de San Lorenzo te produce una gran emoción. Se abre ante ti una luminosa construcción inspirada en la antigüedad clásica, uno de los monumentos más representativos de la "edad de oro" del siglo XV florentino.
El genial arquitecto Filippo Brunelleschi diseñó un edificio de profunda armonía, alternando el blanco del yeso con el gris de la "pietra serena", uno de sus materiales preferidos. Mira la elegancia de las dos filas de columnas, del artesonado del techo, de los arcos y de las altas ventanas que dan luz a la parte central. Observa con atención el excepcional refinamiento de los elementos esculpidos, como por ejemplo los capiteles que simulan cestas de hojas, inspiradas en el antiguo estilo arquitectónico griego llamado "corintio", o los marcos en torno a las capillas que se suceden periódicamente a ambos lados.
Muchas son obras de arte fascinantes, que hacen de San Lorenzo un verdadero museo de la escultura y la pintura florentinas del siglo XVI. Te recomiendo especialmente la hermosa Anunciación pintada por Filippo Lippi, que puedes encontrar en una capilla al fondo a la izquierda, y cerca, el gran fresco de Bronzino que representa el Martirio de San Lorenzo. Otra pintura interesante es El desposorio de la Virgen de Rosso Fiorentino, en el segundo altar a la derecha.
Pero la obra maestra absoluta que no puedes dejar de ver son los dos púlpitos rectangulares de bronce, sostenidos por columnas, que puedes ver uno frente al otro en la nave central. Son las últimas obras de Donatello, que dejó inacabadas a su muerte en 1466 y que fueron terminadas por sus discípulos: el gran escultor, con más de ochenta años, totalmente liberado de obligaciones y convenciones, esculpe con gran energía y originalidad episodios de la vida de Jesús y de San Lorenzo, con un abrumador sentido dramático y una fuerte teatralidad.
Al fondo, en el lado izquierdo, encontrarás el acceso a la preciosa Sacristía Vieja, una obra maestra de Brunelleschi y Donatello.
CURIOSIDAD: en una capilla lateral de San Lorenzo, reservada a los fieles, se conserva un dramático crucificado de tamaño natural, tallado por Antonio del Pollaiolo. Al estar destinado a ser llevado en procesión, se realizó en corcho, ¡la madera más ligera posible!