Y para terminar de la mejor manera, ahora puedes visitar el Museo Nacional de San Martino, un paseo por la historia y el arte a través de los claustros del convento, así como de las numerosas salas distribuidas en varios niveles. El museo está dedicado a la historia de la ciudad de Nápoles; aquí encontrarás pinturas, esculturas, mapas, restos y objetos de diferentes épocas, pero sobre todo podrás apreciar la relación con los espacios monumentales de la Cartuja y con las increíbles vistas que ofrecen ventanas y terrazas.
Durante la visita al museo, te recomiendo que no te pierdas el Claustro de los Procuradores, del siglo XVI, accesible desde la iglesia a través de un pasaje con restos de mampostería gótica. El claustro es la vía de acceso a los jardines, que descienden por la colina de Vomero y se dividen en tres niveles: el más alto era el herbario de los monjes, el de en medio era el huerto del párroco, y el inferior albergaba las viñas.
Detrás de la iglesia tienes además el Claustro Grande, de finales del siglo XVI: en su estilo puedes reconocer la fase de transición que une el final del Renacimiento, representada por la elegante linealidad de su estructura, con el comienzo del Barroco. Rodeado por columnas de orden dórico toscano, el claustro sirve como jardín y está ocupado por el cementerio de los monjes: mira el precioso efecto de las calaveras esculpidas sobre las blancas balaustradas de mármol.
Al volver al museo, te recomiendo la sección ubicada en los ricos aposentos del prior, con frescos del siglo XVII del pintor Micco Spadaro: aquí podrás contemplar importantes esculturas renacentistas y barrocas, así como la colección de cuadros de los padres cartujos, con una selección de artistas napolitanos del siglo XVII, incluidos Battistello Caracciolo y José de Ribera. Pero en el museo también podrás ver estupendas colecciones de cerámica, porcelana y vidrio, e incluso carrozas, objetos relacionados con el teatro, las fiestas y las ceremonias tradicionales... y especialmente, una serie de vistas y mapas de Nápoles desde el siglo XV al XIX, que te permiten admirar la antigua belleza de la ciudad.
CURIOSIDAD: un plato fuerte del museo es el Belén Cuciniello, obra maestra de la tradición partenopea de la recreación de escenas de Navidad. Se remonta al siglo XVIII e incluye más de 200 figuras, todas con trajes, joyas y objetos en miniatura de una increíble sofisticación. Está situado en una cueva en la zona de las antiguas cocinas de la Cartuja.