¡Capodimonte es el museo más pintoresco y espectacular de Nápoles!
Te hablaré del espléndido palacio dieciochesco, ricamente decorado, con sus colecciones de arte que van desde la pintura gótica hasta la contemporánea, pasando por obras maestras del Renacimiento y la época barroca, siendo la muestra más completa de la escuela pictórica napolitana de los siglos XV al XIX.
Veremos un conjunto de tapices, piezas de orfebrería y objetos de una enorme belleza, dispuestos en un recorrido que supera las cien salas, y de nuevo, un maravilloso parque histórico de 120 hectáreas que domina Nápoles desde las alturas, así como el recuerdo de una de las más refinadas fábricas de porcelana de Europa... en resumen, ¿qué más se puede pedir? En Capodimonte, si tienes tiempo, podrás pasar todo el día, porque además, la colina en la que se alza el Palacio Real está conectada con el centro por un servicio de lanzaderas.
Seguramente habrás oído hablar de las famosas porcelanas de Capodimonte: pues bien, debes saber que este palacio surge a raíz de una iniciativa del rey Carlos de Borbón, quien en 1738 decidió instaurar una fábrica de porcelana y ubicar en ella la extraordinaria colección de obras de arte que había heredado de su madre, Isabel de Farnesio. Este enorme palacio ha sufrido diversas vicisitudes y cambios de propiedad, hasta convertirse de nuevo en museo en 1957, cuando se trajeron hasta aquí obras procedentes del Museo Arqueológico Nacional.
La fábrica de porcelanas de Capodimonte estaba especializada en la producción de exquisitas estatuillas que suponían una reinterpretación en clave rococó del gusto napolitano por los belenes y la Comedia del Arte. En el parque existe todavía hoy un instituto profesional para la producción de cerámica y porcelana, mientras que en el museo podrás admirar la incomparable "salita de porcelana", una obra maestra dieciochesca completamente revestida con unos 3.000 paneles de estilo chino.
CURIOSIDAD: respecto a la Colección Farnese se mantiene una disputa entre Parma y Nápoles. En 2015, el entonces ministro de Cultura, declaró: "Algunos bienes de la Colección se deberían llevar a Parma puesto que proceden del Palacio Farnese". La controversia hizo que algunos periódicos emilianos hablaran de "bienes robados", pero las obras de la ilustre familia romana no fueron robadas, sino llevadas a Nápoles por su legítimo dueño y heredero, Carlos de Borbón.