¡La Nápoles subterránea es una mina de sorpresas justo debajo de tus pies!
Te invito a un itinerario que se lleva a cabo en grupo, con la ayuda de los guías de la asociación Napoli Sotterranea, que desde hace unos años se dedica precisamente a redescubrir los tesoros ocultos en el increíble subsuelo de la ciudad, que se extiende aproximadamente por un millón de metros cuadrados. El recorrido dura alrededor de dos horas, y se puede reservar in situ en la sede de la céntrica plaza San Gaetano. Te recomiendo que te pongas unos zapatos cómodos.
Debes saber que toda la ciudad de Nápoles está construida sobre simas, oquedades, túneles, cisternas, depósitos, cementerios y galerías. Se debe principalmente a la naturaleza del terreno, repleto de desniveles, en el que se encuentran estratificadas las evidencias arquitectónicas y humanas de la ciudad en sus 2.500 años de historia.
Como sabes, toda la zona que va desde los Campos Flégreos al Vesubio, incluido el arco del golfo de Nápoles y las islas de Procida e Isquia, es de naturaleza volcánica. Un fenómeno típico de esta zona es el denominado bradisismo, que provoca que la corteza terrestre se eleve y descienda periódicamente, como si respirase.
En Nápoles, las simas naturales y artificiales que se encuentran justo debajo del nivel de la calle son, evidentemente, un peligro para la estabilidad de los edificios, pero también un recurso: resultaron útiles durante la construcción de los túneles del metro, y durante la Segunda Guerra Mundial se usaron como refugios.
En esta ciudad al revés te impresionará sobre todo el misterioso silencio que contrasta con el ruido de la superficie. Las partes más fáciles de recorrer se encuentran sobre todo a la altura de via dei Tribunali, que se corresponde con la antigua calle principal de la ciudad romana. Bajarás hasta 40 metros bajo el nivel del mar, para descubrir los restos del acueducto grecorromano y las canalizaciones hidráulicas del siglo XVII, pero también verás los cimientos del teatro romano, los restos de antiguos cementerios y las canteras de toba utilizadas para la construcción de la ciudad griega de Neápolis, que en griego significa "ciudad nueva".
CURIOSIDAD: en los subterráneos de Nápoles hay una gruta llamada de los Sportiglioni, es decir, de los murciélagos, que sirvió de osario durante la terrible epidemia de peste de 1565.