BASÍLICA DE SUPERGA, Visita
Ver todo el contenido de Turin¡Desde la colina de Superga puedes disfrutar sin duda de algunas de las vistas más hermosas de Turín!
La basílica que tienes ante ti es el resultado de un voto: Víctor Amadeo de Saboya prometió que si ganaba la batalla contra los franceses daría las gracias a la Virgen dedicándole una iglesia. El edificio de bellos colores claros y su cúpula con dos campanarios es un punto de referencia muy evidente en el perfil de Turín. Si quieres puedes subir incluso en un bonito tranvía de cremallera.
Construida en la primera mitad del siglo XVIII, la iglesia está dedicada a la Natividad de María, y es el punto final del largo eje de calles rectilíneas que atraviesa toda la ciudad de Turín y que parte del castillo real de Rivoli. El gran arquitecto Juvarra la concibió como un conjunto compacto y coherente, configurado sobre un único espacio coronado por una sencilla cúpula circular.
Después de pasar bajo un pórtico clásico, te encuentras en un interior circular, con capillas laterales donde puedes contemplar preciosas pinturas del siglo XVIII: las pinturas de los altares de las dos primeras capillas, a derecha e izquierda de la entrada, son del veneciano Sebastiano Ricci. El bajorrelieve que puedes ver encima del altar representa el asedio francés de Turín de 1706, que es el episodio al que está vinculada a la construcción del santuario.
Si bajas la escalera que está a la izquierda de la entrada llegas a los subterráneos, que se concibieron como sede de los sepulcros reales. Una vez superado el túnel de acceso, entras en la capilla central, donde entre estucos y relieves conmemorativos del siglo XVIII, encontrarás las tumbas de tres famosos soberanos de la dinastía de los Saboya: Carlos Alberto, Víctor Amadeo II y Carlos Manuel II. Detrás de la iglesia puedes pasear por el gran claustro rectangular que funciona como jardín, al cual se asoma el convento.
CURIOSIDAD: mientras disfrutas a 700 metros de altura de las vistas de la Basílica de Superga, recuerda que el papa Pío XII la definió como "la vista más bella de Europa".