En la parte posterior de la Catedral de Turín, dos escaleras de mármol negro te llevan hasta la capilla que alberga una de las reliquias más importantes y controvertidas de la cristiandad.
La Sábana Santa es una tela de lino de unos cuatro metros y medio de largo, que según la tradición cristiana se usó para envolver el cuerpo de Jesús en el sepulcro. En la sábana está impresa dos veces, de frente y por la espalda, la imagen del cuerpo de un hombre desnudo, con señales de tortura, incluidos los signos de una muerte por crucifixión. En el tejido, que por lo general se conserva plegado, son visibles las huellas de un incendio, que tuvo lugar en la primera mitad del siglo XVI, tras lo cual se remendó la parte central. La sábana se expone sólo en ocasiones muy solemnes, y para verla se forman larguísimas colas de peregrinos y devotos. De todas formas, en la Catedral puedes ver una cuidadosa reproducción.
La discusión científica acerca de la autenticidad de la Sábana divide a los especialistas en dos frentes opuestos: se trata sin duda de un objeto impresionante, uno de los más estudiados del mundo. Los "escépticos" mantienen que se remonta como mucho al 1200; los "convencidos" identifican una serie de elementos que la llevan mucho más atrás en el tiempo, hasta la época de Jesús. Parece en cualquier caso demostrado que la sábana se fabricó en Oriente Medio. Pero no está del todo claro de qué forma se imprimió en el tejido la imagen del hombre, que se ve mucho mejor en las reproducciones en negativo. Los análisis químicos sin embargo han revelado la presencia de sangre humana. ¿Tú qué piensas?
La primera noticia documentada sobre la Sábana Santa se remonta al siglo XIV, cuando un caballero de nombre Geoffroy se hizo con ella. A mediados del siglo XV la Sábana Santa fue adquirida por los duques de Saboya, que la conservaron en su capital, Chambéry, donde construyeron una capilla a tal efecto. Treinta años después, un incendio daña la tela, parcialmente quemada por la plata fundida del relicario. Cuando la capital del ducado de Saboya se trasladó a Turín, Manuel Filiberto hizo que se trasladara también la Sábana Santa. La capilla se construirá unos cien años más tarde.
CURIOSIDAD: ¿sabías que el misterio de la Sábana Santa se extiende también a su dueño? De hecho, no se sabe quién es: según algunos pertenece al Estado italiano, que la habría adquirido en el 48 junto con los bienes de los Saboya, cuando entró en vigor la constitución republicana. Según otros, como el Estado nunca ha reclamado su propiedad, pertenece a la Santa Sede.