MUSEO ARQUEOLÓGICO

Jardines Reales

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Audio Guide length: 2:56
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español
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Después de visitar el Museo Arqueológico, te mereces un paseo relajante entre la vegetación del magnífico e histórico parque que se extiende detrás del Palacio Real. Gracias a una acertada restauración en dos fases, primero los árboles, luego las esculturas dieciochescas, ahora puedes disfrutar por fin de este espacio en el que se mezclan el arte y la naturaleza. Verás grandes castaños, plátanos y tilos, pero también ginkgo biloba, cedros, nogales y muchos otros ejemplares de maderas preciosas.

Amantes como eran de la vida al aire libre, de los perros y los caballos, ¡los Saboya no podían pensar en tener una residencia sin un espacio verde! El primer proyecto de los Jardines Reales se remonta a Manuel Filiberto, en la segunda mitad del siglo XVI. Era un típico jardín de la época adornado con fuentes y grutas, estanques para peces y jaulas para aves, sobre todo exóticas. Había incluso una zona reservada para los cítricos, que sin embargo no se plantaban en la tierra, sino en grandes macetas. En el invernadero que los protegía del invierno, llamado precisamente "Orangerie", acabas de estar visitando el Museo de Antigüedades.

Para pasear por los Jardines Reales tienes a tu disposición una zona de aproximadamente cinco hectáreas. El núcleo más antiguo, al norte del Palacio Real, es el Jardín Ducal; en el Jardín de las Artes, al este, encontrarás la misma organización de caminos y perspectivas ideada para Versalles; mientras que en el sector noreste tienes el Bosquete, de origen decimonónico, con arbustos muy altos.

Con el tiempo, los Jardines Reales han sufrido una serie de cambios y reestructuraciones. En la segunda mitad del siglo XVII al Jardín de las Artes se le añadió una gran lámina de agua, mientras que la zona oeste, llamada "Bastión Verde" porque incluye una torre de las fortificaciones de la ciudad, está reservada para el Jardín de la Flores, con parterres cuadrados y dos pequeñas fuentes. A mediados del siglo XVIII se inauguró la gran Fuente de los Tritones. En el Bastión Verde puedes admirar el pabellón construido en el siglo XVI como mirador del Jardín Ducal.

Tu agradable paseo termina en la parte trasera del Palacio Real: atravesando el patio puedes volver a la plaza Castello, en el corazón de Turín.

 

CURIOSIDAD: bajo los Jardines Reales está la gran Galería de la Puerta de Socorro, que era totalmente secreta. Permitía a los miembros de la familia real coordinar la defensa de la ciudad, ¡pero sobre todo poder huir en caso de emergencia!

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