Todavía hoy nos quedamos maravillados ante los grandes edificios, como las pirámides o los complejos de templos, que los antiguos egipcios eran capaces de construir sin la ayuda de la tecnología actual. El mérito, como sabrás, se debe a una organización del trabajo que implicaba durante muchos años a miles de trabajadores, los cuales vivían en las cercanías de los monumentos que tenían que realizar. El Museo Egipcio te permite comprender cómo funcionaba una de estas comunidades gracias a la reconstrucción del pueblo de Deir el-Medina, que se formó específicamente para albergar a los obreros de una necrópolis real y sus familias.
En esta extraordinaria exposición tienes la oportunidad única de explorar todos los aspectos de la cultura y la vida cotidiana de la sociedad egipcia.
La enorme cantidad de material que se encontró en Deir el-Medina se ha dividido en secciones relacionadas con cada uno de los aspectos de la existencia de un trabajador egipcio de la época: la vida en el pueblo, tanto pública como privada; la necrópolis del pueblo y los cultos funerarios locales; y sobre todo, el trabajo en la necrópolis real, que te permite seguir la manera en la que se enseñaban los oficios y se formaba a los artesanos especializados.
Al final de la sala puedes ver la reconstrucción de la capilla funeraria del artesano Maia y su esposa Tamit: la capilla fue descubierta en la necrópolis de Deir el-Medina por la misión arqueológica de Ernesto Schiaparelli. Además del excepcional espectáculo que ofrecen sus pinturas, la capilla ha permitido descubrir que los egipcios realzaban las paredes con ladrillos de barro fresco y paja; ¡piensa cuánto han resistido estos materiales perecederos!, y luego los recubrían con yeso. La pintura al temple se aplicaba en seco y los colores se obtenían a partir de productos minerales y vegetales (ocre para el rojo y el amarillo, carbón para el negro, carbonato de calcio para el blanco, malaquita para el azul y el verde) mezclados con agua y un aglutinante, el caucho de acacia.
La capilla se conserva ahora dentro de una gran vitrina que te permite observar perfectamente las pinturas del interior, visibles desde cada lado.
CURIOSIDAD: en el pueblo de Deir el-Medina las mujeres ejercían de dirigentes. Tomaban todas las decisiones organizativas y económicas, y sabían leer y escribir, como puedes ver por los mensajes escritos que enviaban a sus maridos que estaban empleados en los trabajos del Valle de los Reyes.