El palacio de Venaria está rodeado por un inmenso jardín, que se extiende hasta convertirse en un bosque natural: aquí puedes pasar un día entero, entre exposiciones de arte, rutas monumentales, excelentes paradas enogastronómicas y largos paseos por la naturaleza. Un dicho piamontés reza así: "El que ve Turín y no ve Venaria, ve a la madre y no a la hija".
Venaria se concibió en 1660 como punto de partida para las batidas de caza en la vecina finca de la Mandria. Unos cuarenta años más tarde, sin embargo, las obras de ampliación se interrumpieron debido al asedio francés.
A principios del siglo XVIII el palacio se rediseñó por completo gracias al ambicioso Víctor Amadeo II, el primer Saboya que pudo utilizar el título de rey. De hecho, el antiguo ducado piamontés se había convertido en el reino de Cerdeña y necesitaba edificios a la altura de las capitales europeas. Víctor Amadeo II contaba con un auténtico genio de la arquitectura: Filippo Juvarra, natural de Mesina. Gracias a él, la villa del siglo XVII se convirtió en un soberbio palacio.
Aunque si hubieras visto en qué estado se encontraba el palacio hasta hace unos años, no creerías posible la transformación que ha sufrido. Piensa que a principios del siglo XIX había sido transformado en un cuartel, con las consecuencias que puedes imaginar: mobiliario eliminado, interiores modificados y los jardines utilizados como plaza de armas para los ejercicios militares. Después de la Segunda Guerra Mundial fue aún peor: el palacio fue abandonado y destruido por los vándalos.
En resumen, era un lugar degradado a las afueras de una gris ciudad industrial. Pero desde el comienzo del nuevo milenio se ha convertido en el punto de partida para la nueva identidad de Turín: la ciudad ha redescubierto los placeres del arte y la gastronomía y se ha centrado en la cultura.
La revalorización del barroco saboyano, combinada con la atención puesta en el arte contemporáneo y la naturaleza, encuentran en Venaria un reto apasionante: no es sólo la recuperación de un edificio histórico, sino también un espacio para reinventarse. Al famoso director inglés Peter Greenaway se le encargó recrear la ordenación interior, mientras que el artista Giuseppe Penone creó las "esculturas fluidas" del jardín del palacio.
CURIOSIDAD: en torno al palacio, a partir del siglo XVIII, se empezó a formar una población compuesta por casas y palacetes que se ha convertido en el municipio independiente de Venaria Reale. Si miras el plano de la localidad te darás cuenta de que tiene una forma un poco extraña: está proyectada con la forma del Collar de la Santísima Anunciación, ¡la más alta condecoración de la Casa de Saboya!