Tu visita se inicia desde el salón de baile, el más grande de la primera planta, situado sobre la majestuosa escalera. ¿Alguna vez has visto una casa con una entrada así? Imagina qué personajes serían estos Rezzonico, ¡para sorprender a sus invitados con trucos escénicos de este tipo! ¡Y mira qué decoraciones! Presta atención al truco de las falsas construcciones pintadas en las paredes y en el techo, con el fin de dar la sensación de un espacio aún más grande. Ahora mira hacia abajo: este tipo de suelo, hecho de fragmentos de mármol y piedras unidas con cal y pulido se llama exactamente "terrazo veneciano", y todavía se utiliza hoy en día. Las esculturas y muebles tan bonitos que ves a lo largo de las paredes son de Andrea Brustolon, el creador de muebles más imaginativo de la Venecia del siglo XVIII, famoso sobre todo por sus estatuas de pajes moros. Si luego miras a la pared principal podrás ver el escudo de la casa Rezzonico rodeado de pinturas de tejidos dorados.
Del salón de baile pasas a la Sala de la alegoría nupcial, llamada así por el brillante fresco de Giambattista Tiepolo del techo: la sala tiene incluso una pequeña capilla, en caso de necesidad religiosa apremiante. A continuación llegas a la Sala de los pasteles, donde puedes admirar algunas obras de Rosalba Carriera, una refinada retratista veneciana que se hizo famosa en toda Europa. Pero te faltan todavía la Sala de los tapices, con espléndidos muebles y una serie de tapices flamencos, y por último pero no por ello menos importante un salón con otro fresco de Tiepolo y unas vistas increíbles del Gran Canal.
Es el momento de cruzar el "portego", que conecta la fachada con la parte posterior del palacio: un elemento arquitectónico que encontrarás a menudo en las casas y edificios venecianos. Por aquí entras rápidamente a la sala de los Tiepolo. El autor de la pintura del techo es Giambattista, el más imaginativo y alegre entre los pintores del siglo XVIII europeo, mientras que los lienzos de las paredes son de sus hijos Giandomenico y Lorenzo. Una vez que hayas saciado la vista con las maravillas de Tiepolo, pasarás a la biblioteca y a una sala llena de pinturas, esculturas y lámparas de cristal de Murano.
CURIOSIDAD: debes saber que Rosalba Carriera fue también una miniaturista extraordinaria, que debió el inicio de su éxito... ¡al tabaco de aspirar! De hecho, alcanzó notoriedad pintando en las cajas de rapé figuras de pequeñas damas que se convirtieron en su marca personal.