La iglesia de los Santos Simeón y Judas, o San Simeon Piccolo, en Venecia, en el distrito de Santa Croce junto al Canal Grande, fue fundada en el siglo IX por las familias Adoldi y Briosi, y consagrada en 1271. En el siglo XVI fue sometida a una completa reconstrucción.
En 1718, el arquitecto Giovanni Scalfarotto lideró una segunda reconstrucción, finalizada en 1738.
El edificio, a menudo comparado con el Panteón de Roma, muestra influencias de la arquitectura neoclásica, pero detalles como el presbiterio biabsidado evocan obras posteriores. La cúpula, de estilo veneto-bizantino, y el pronaos circular están inspirados en modelos romanos, mientras que la cripta sigue el modelo de las catacumbas paleocristianas.
En el interior, obras de arte como "El martirio de los Santos" de Francesco Cabianca y pinturas de artistas como Mattia Bortoloni enriquecen los altares. La sacristía alberga un crucifijo atribuido a Giovanni Marchiori. Bajo la iglesia, un subterráneo decorado con escenas de la Vía Crucis y del Antiguo Testamento, y veintiuna capillas, algunas inexploradas, añaden encanto a este lugar de culto veneciano.