Como ya he mencionado, el Ring es una gran avenida de unos cinco kilómetros de largo que rodea el centro histórico.
Orientarse en Viena es fácil: la aguja puntiaguda de la catedral marca el centro de la ciudad, con su sistema bien organizado de plazas y grandes edificios. Alrededor del distrito central se extiende el Ring, literalmente «el anillo» de anchas avenidas que han ocupado el lugar de las antiguas murallas. La calle, bordeada de imponentes edificios que alternan con agradables espacios verdes, se convierte en un paseo a través del tiempo y los estilos arquitectónicos.
El Ring es el resultado de la visión urbanística del emperador Francisco José, que subió al trono en 1848.
Llegó al poder con solo dieciocho años, tras suceder a su tío Fernando I, quien, siendo el emperador legítimo, padecía de debilidad mental y se vio forzado a abdicar. Asimismo, su padre Francisco Carlos, también declarado incapaz, mostró disposición a renunciar al trono en favor de su hijo.
En el plan de Francisco José, el Ring debía estar rodeado de los edificios monumentales del gobierno, de la cultura y de la ciencia, y transmitir la imagen de un imperio sólido y luminoso, gracias también a la iluminación de gas de las calles.
Pero, ¿cómo surgió el proyecto?
Pocos saben que la transformación de las murallas en una serie de bulevares en muchas ciudades europeas se inspiró en la intervención urbanística dirigida por el barón Haussmann en París. Curiosamente, el Ring de Viena también tiene un origen francés involuntario. En 1809, durante la ocupación de Viena por las tropas napoleónicas, el ejército francés destruyó una parte de las murallas. La gran abertura creada nunca se reparó y, una vez retirados los escombros, la explanada se convirtió en un jardín. Se trata del amplio espacio urbano formado por la actual Heldenplatz y el Volksgarten adyacente: un excelente punto de partida para pasear por el Ring, siguiendo la ruta en sentido contrario a las agujas del reloj.
Curiosidad: para celebrar la demolición de las antiguas murallas, en 1862 Johann Strauss escribió la Demolierer Polka, una composición dedicada al duro trabajo de los obreros que derribaron las murallas medievales, creando el Ring.