En cuanto entres en el templo propiamente dicho, podrás ver que el interior tiene un estilo muy diferente al del exterior: fuera es neorrenacentista, dentro es neogótico.
Mira lo esbelta y poderosamente vertical que es su arquitectura, dividida en tres naves y que presenta la misma forma de cruz alargada que ya has encontrado en la cripta. Presta atención también al sorprendente contraste entre la pared blanca y desnuda y las destacadas notas de color, casi fluorescentes, que aparecen aquí y allá, además del bello efecto del pan de oro de las pinturas del techo. Estas últimas se inspiran en el estilo de los techos tradicionales de estilo arabizante llamados mudéjares.
Si quieres admirar de manera correcta este "arco iris decorativo", siéntate en un banco cerca del altar mayor y disfruta de la visión del imponente altar de mármol verde y de la preciosa escultura barroca del "Cristo crucificado", que destacan sobre el fondo de la catedral. Te quedarás con la boca abierta ante los brillantes murales y vidrieras, realizados en 2004.
Los siete murales representan los misterios más importantes de la salvación, y componen la llamada "corona de los misterios". En el centro destaca el Cristo en actitud majestuosa y severa, una pose que evoca el arte de las iglesias ortodoxas, y tiene en su mano un libro abierto donde se lee la inscripción: "Amad a vuestros enemigos. ¡Vengo pronto!”. Esta frase se refiere al día en el que Cristo regresará a la Tierra para el Juicio Universal.
Las siete vidrieras sobre los murales han sido realizadas en Murano, están dedicadas a la Palabra de Dios, y están escritas en diferentes idiomas, desde el latín al griego, pasando por el hebreo, el siríaco, el ruso y el español.
Ahora levanta la vista hacia el cielo estrellado de la cúpula central y, una vez más, déjate sorprender por la fantasiosa decoración en la que se representan simbólicamente la tierra, el mar, el fuego y el aire.
CURIOSIDAD: en la puerta del tabernáculo de la cripta está representado un pelícano, un antiguo símbolo del sacramento de la Comunión, ya que es un animal que ofrece su propia carne como alimento para todo el mundo.