¡La Estación de Atocha es uno de los lugares más curiosos de Madrid!
Estás en la plaza del Emperador Carlos V, que los madrileños llaman familiarmente plaza de Atocha. A la derecha, desde arriba, puedes admirar la fachada original de esta histórica estación. La Estación de Atocha nació a mediados del siglo XIX, cuando se inauguró la primera línea ferroviaria de la capital, entre Madrid y Aranjuez, para uso casi exclusivo de la reina Isabel II y su séquito.
Cuando el pabellón se vino abajo a causa de uno de los muchos incendios que tan a menudo asolaban Madrid, este fue sustituido por una nueva estación, que se inauguró en 1892 con el nombre de Estación del Mediodía. Tenía una grandiosa bóveda principal, de más de 150 metros de largo, y estaba sostenida por una impresionante estructura de hierro.
En 1992, exactamente un siglo después de la primera inauguración, después de largos trabajos de reforma, la estación renace junto con el primer tren aerodinámico de alta velocidad que partió hacia Sevilla, donde se celebraba la Exposición Universal.
Ahora haz una pausa y ve a la planta baja de la estación.
No, no eres víctima de un espejismo o una ilusión óptica: la planta baja donde te encuentras ahora está dominada por una espectacular bóveda de hierro y cristal que alberga y protege un auténtico jardín tropical. Si quieres observar esta maravilla inesperada en su conjunto, te aconsejo que subas el primer tramo de escaleras, que te lleva junto a la escultura que representa a un "agente comercial".
CURIOSIDAD: el jardín botánico de la estación contiene alrededor de 7.000 plantas tropicales envueltas por nubes de humedad, entre las que viven miles de tortugas que descansan y nadan plácidamente en las turbias aguas que las rodean.