La primera planta del edificio se corresponde con la zona de recepción, como puedes notar por el suelo de madera con incrustaciones y el bello techo pintado. La disposición del museo se ha mantenido fiel a la distribución y la decoración originales, con una gran cantidad de mármoles, maderas y estucos. Las nueve salas están dedicadas al arte español, según un orden cronológico que va desde el siglo XV al XIX, con pinturas, esculturas, muebles y artes decorativas, con un efecto de suntuosa acumulación. En la décima sala no te pierdas el San Francisco en éxtasis de El Greco, y en la decimotercera podrás disfrutar con la visión de las obras maestras de Goya y sus contemporáneos. En esta última, la más destacada del museo, encontrarás verdaderas joyas del gran pintor español, incluidas las crispadas escenas de sortilegios y exorcismos.
Ahora haz una pausa y ve a la segunda planta.
Estás ahora en lo que fue una vez la zona privada del palacio y que ahora está dedicada al arte europeo, especialmente a la pintura flamenca y holandesa. Encontrarás una absoluta obra maestra en la decimoséptima sala: es San Juan Bautista en meditación de El Bosco, una grandísima pintura de pequeñísimas dimensiones. El santo señala melancólicamente al cordero, profecía de su futuro martirio: lleva un manto rojo, en una espléndida relación de color con el verde del vasto paisaje. También verás una gran cantidad de pinturas italianas y alemanas, e incluso inglesas, cosa rara en los museos españoles. Todo ello rodeado de preciosos objetos de cerámica y bronce italianos, piezas de platería alemanas y relojes de distintas procedencias.
Ahora haz una pausa y ve a la tercera planta.
En la tercera planta se encuentra el Gabinete del Coleccionista, donde podrás admirar diversos objetos de cerámica, cristal, plata, esmalte y bronce, y hacer algo muy inusual para un museo: abrir a tu voluntad vitrinas y cajones como si estuvieras en tu casa, descubriendo todo tipo de objetos de colección, como llaves, telas, armas, medallas y monedas.
CURIOSIDAD: para subir o bajar entre las plantas del museo, en lugar de las escaleras, puedes utilizar un precioso ascensor de época, recubierto de caoba, ¡con asientos de terciopelo rojo!