¡El Retiro es el auténtico pulmón verde del centro de Madrid!
El parque se extiende por más de 125 hectáreas, y es el espacio verde preferido de los madrileños. También puedes disfrutar de él como un magnífico museo al aire libre.
El terreno fue donado por el conde-duque de Olivares al rey Felipe IV como zona verde de descanso cercana al Cuarto Real, es decir, la residencia real anexa al Monasterio de los Jerónimos. Después de estar durante mucho tiempo reservado exclusivamente a la familia real, el parque fue abierto parcialmente en la segunda mitad del siglo XVIII por el rey Carlos III, con la condición de que los visitantes se presentasen "con aspecto cuidado".
Puedes entrar por una de sus diecisiete entradas, que son en su mayoría puertas verdaderamente monumentales. La más conocida es el Puerta de la Independencia, que se asoma a la plaza dominada por la Puerta de Alcalá. Pero si quieres una entrada más espectacular, te aconsejo la Puerta de Felipe IV, la más majestuosa de todas.
Lo primero que ves en cuanto entras es el conjunto de parterres de gusto francés, que fue encargado por Felipe V y luego reformado por Isabel II. Entre las curiosas especies vegetales geométricamente distribuidas y podadas, busca el árbol más alto, protegido cariñosamente con una barandilla: se cree que es el más antiguo de la capital.
Siguiendo recto, llegarás al punto central, delante del Estanque Grande, el lago artificial dominado por la estatua del rey Alfonso XII a caballo. Aquí, en el pasado, se llevaban a cabo representaciones teatrales y musicales e incluso batallas navales, muy diferentes de las que actualmente se desencadenan entre las barquitas de alquiler que ahora lo recorren.
CURIOSIDAD: puedes divertirte recorriendo este enorme espacio verde en busca de sus innumerables tesoros arquitectónicos: te recomiendo especialmente, en la zona sur, el decimonónico "Ángel caído" de bronce: ¡es la única estatua del mundo dedicada al diablo!
Idioma: español