En la Catedral de Turín el blanco domina por todas partes, incluso en el interior te encuentras inmerso en una luz cándida que discurre a lo largo de las paredes, donde se alternan elegantes pilares y semicolumnas que llegan hasta el techo. Los arcos atraen tu mirada hacia el altar mayor, y detrás, a la escena que precede a la Capilla de la Sábana Santa.
La estructura renacentista de la Catedral fue diseñada por el arquitecto florentino Meo del Caprina de manera sencilla y coherente, en la última década del siglo XV, aunque como te decía, en siglos posteriores se han sucedido diversas intervenciones decorativas y de embellecimiento. En los altares laterales puedes ver numerosos lienzos y esculturas barrocas, ejemplos típicos del gusto saboyano de los siglos XVII y XVIII.
Inmediatamente después de entrar, adosada a la fachada, entre la puerta de la derecha y la central, puedes admirar la más bella escultura conservada en la Catedral: es la tumba de Giovanna d'Orlier de la Balme, obra francesa del siglo XVI, concebida como una elegante hornacina en la que se ubica la estatua de la dama difunta, arrodillada y orando.
Si prefieres la pintura, ve junto al altar de la segunda capilla de la derecha, para admirar las numerosas tablas que componen el rico políptico de los santos Crispín y Crispiniano, protectores de los zapateros, encargado por el gremio de boteros a principios del siglo XVI. Muy interesantes resultan las pequeñas escenas narrativas, que antes conformaban las puertas laterales de la obra.
Al final de la nave izquierda, en la parte superior, puedes ver la tribuna real: es una rica balconada dieciochesca reservada a los miembros de la familia Saboya, que de esta manera podían asistir directamente a la misa, accediendo desde el Palacio Real.
En la parte posterior de la iglesia, detrás del altar mayor y de los asientos de madera del coro, observarás una curiosa "perspectiva", o mejor dicho, una pintura que simula una construcción inexistente. De hecho, la iglesia forma un todo junto con la Capilla de la Sábana Santa.
CURIOSIDAD: los terremotos son muy poco habituales en Turín, pero la archidiócesis de la Catedral pensó que nunca se sabe y ha encargado un estudio sobre la vulnerabilidad sísmica del campanario. ¡Por lo que simularán un terremoto para ver si el campanario se sostiene!