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Exterior

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La Catedral de San Esteban, ejemplo característico del arte gótico, fue fundada por el emperador Rodolfo IV en 1359. Sin embargo, si observas el exterior, podrás reconocer importantes vestigios de edificios anteriores incorporados a la construcción. Ejemplo de ello son las dos torrecillas románicas y puntiagudas que cierran la estrecha fachada, llamadas «torres paganas».

La entrada principal es la «Puerta de los Gigantes», situada en el centro de la fachada y decorada con esculturas del siglo XIII.

Sin embargo, antes de entrar, te sugiero que recorras todo el exterior.

El elemento más inconfundible es el tejado inclinado, cubierto con unas 250 000 tejas esmaltadas de colores, que componen vivos motivos ornamentales geométricos y escudos de armas de los Habsburgo. El tejado original fue destruido durante los bombardeos y el que ves actualmente es el resultado de una cuidadosa restauración finalizada en 1957.

Girando en el sentido de las agujas del reloj, tras el pórtico gótico reservado a la entrada del obispo, a mitad del lado izquierdo, se encuentra la imponente Torre del Águila. Su construcción, iniciada en 1450, se detuvo a los 68 metros de altura, en contra del plan original.

Si caminas junto a la torre, podrás observar varias esculturas. Entre ellas destaca un llamativo púlpito del siglo XV, situado cerca de la entrada a las Catacumbas y coronado por una gran escultura barroca, desde el que San Juan de Capestrano solía dar sermones al aire libre a grandes multitudes.

Continuando el recorrido, encontrarás una hornacina que alberga la imagen de un Cristo de aspecto doliente, llamado popularmente «el Cristo del dolor de muelas».

Ahora, pon el audio en pausa y vuelve a reproducirlo cuando llegues al lado dominado por la aguja de la Torre Steffl.

La torre, construida a lo largo de aproximadamente setenta años, desde 1359, alcanza una altura de 137 metros. Se trata de una espléndida construcción gótica, cubierta de pináculos y adornos, cuyo interior alberga una larguísima escalera de caracol de 343 peldaños, perfecta para llegar a uno de los lugares más pintorescos de la ciudad.

 

Curiosidad: en el interior de la Torre del Águila se encuentra la campana más grande de la catedral y una de las mayores de Europa, con un peso de unas veinte toneladas. Apodada «Pummerin», se fabricó en 1711 con el bronce de los cañones abandonados por los turcos al final del asedio de Viena en 1683. Durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial se cayó de la torre, pero fue reparada y reubicada en 1957. Su nuevo repique marcó simbólicamente el final de la restauración de la catedral y la «resurrección» de toda Viena.

 

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