Si tienes tiempo, una visita más en profundidad de la catedral puede hacer que descubras varios e interesantes ornamentos sagrados contemporáneos y que conozcas algunas de las principales tradiciones religiosas madrileñas.
Ve hacia el altar sobreelevado que se encuentra en la nave derecha, en el punto opuesto a la entrada. Bajo el arco de la doble escalinata se encuentra el sepulcro de la reina María de las Mercedes, que vivió en la segunda mitad del siglo XIX y murió de tuberculosis dos días después de cumplir 18 años. Su tumba fue trasladada hasta aquí porque la reina era muy devota de la patrona de Madrid, con cuya advocación fue bautizada. La venerada imagen de la Virgen de Gracia (es decir, "María de las Mercedes") la podrás ver en alto sobre un pedestal de plata en el centro del retablo.
Las numerosas capillas de esta moderna y original catedral madrileña están decoradas con imágenes, altares y ornamentos contemporáneos. Comenzando desde el fondo, detrás del altar mayor, la primera a tu izquierda es la "Capilla del Santísimo", donde no es fácil lograr recogerse en la oración sin evitar distraerse con los monumentales mosaicos dorados que te rodean. La capilla está precedida por una grandiosa pintura, "Expolio de Cristo", obra del pintor barroco Francisco Rizi.
La capilla central está dedicada a San Isidro Labrador, patrón de Madrid, y a su esposa, Santa María de la Cabeza. Entre las imágenes de los santos puedes ver la urna funeraria medieval en la que hasta 1700 se conservaron los restos intactos del patrón, que ahora reposan en la iglesia de San Isidro.
Has vuelto al punto de partida: antes de salir de la Catedral, no te olvides de echar un vistazo al órgano, bastante imponente y complejo, compuesto por nada menos que cuatro teclados más uno de pedal.
CURIOSIDAD: a diferencia de la mayoría de las iglesias, que están orientadas de oeste a este, la Catedral está orientada de norte a sur, para alinearse con el cercano Palacio Real.