El recorrido por el Museo Thyssen te hace bajar ahora a la primera planta, dedicada a la pintura de los siglos XVIII y XIX.
Comienzas con las obras de Goya, pasas al paisajista romántico alemán Caspar David Friedrich y a los franceses Delacroix y Courbet, y pronto llegarás a una de las partes más concurridas del museo, la de los impresionistas parisinos. La exquisita Mujer con sombrilla de Renoir, la inconfundible Bailarina inclinada de Degas y el delicado Espejo de vestir de la sensible pintora Berthe Morisot. Te recomiendo también la elegante y aristocrática Amazona de frente de Edouard Manet.
De Van Gogh a Toulouse Lautrec, de Gauguin a Cézanne, todos los protagonistas de la pintura francesa de finales del siglo XIX están representados por obras importantes y preparan para la época de las vanguardias. Una extraordinaria selección de obras de los movimientos artísticos alemanes en vísperas de la Primera Guerra Mundial que te recuerda los orígenes de la familia Thyssen.
Ahora haz una pausa y ve a la planta baja.
En la planta baja te vuelves a encontrar en pleno siglo XX, desde Picasso, cuyo Arlequín está entre las pinturas más reproducidas por el merchandising del museo, hasta Klee, pasando por Chagall, Magritte y Kandinsky. Trata de no quedar desconcertado por la obra surrealista de Salvador Dalí titulada Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar, que representa a dos tigres que saltan hacia el espectador. Por la fuerza de su denuncia, te causarán impresión las obras de los expresionistas alemanes, como Grosz, Schad y Dix, aunque la presencia de las vanguardias rusas también es notable.
Extraordinaria y sin apenas paralelismos en Europa es la selección de obras de maestros americanos. Desde las imágenes del realismo casi cinematográfico de Hopper al expresionismo abstracto de Pollock, pasando por los cautivadores "productos" del pop-art. Si además tienes la curiosidad de saber cómo era el fundador del museo, mira el retrato de Hans Thyssen, realizado con gran energía por Lucian Freud.
CURIOSIDAD: entre las numerosas obras de pintores americanos de la colección Thyssen, constituye una sorpresa el retrato del cocinero de la Casa Blanca en la época del presidente George Washington. Casi un siglo antes que Lincoln y la libertad de los esclavos, el retrato está dedicado... ¡a un hombre de color!