La Basílica de San Lorenzo es uno de los monumentos ¡más antiguos de Milán!
Si te has permitido algunas compras en las tiendas de moda de vía Torino, habrás quedado impresionado por esta imponente columnata romana que aparece de repente, al girar a la izquierda en corso di Porta Ticinese. Son las Columnas de San Lorenzo, los restos arqueológicos más importantes del Milán antiguo, Mediolanum, que te recuerdan que justo cerca de aquí, hace muchos siglos, se alzaba el palacio del emperador romano.
Estas dieciséis elegantes columnas de mármol blanco, de unos ocho metros de alto, fueron transportadas hasta aquí en el siglo IV después de Cristo y proceden tal vez de un templo pagano todavía más antiguo. Las columnas constituían el acceso a un gran pórtico rectangular desde el que se entraba a la basílica de San Lorenzo. Cerca de las columnas está Porta Ticinese, una de las seis puertas principales de la ciudad; esta zona es también uno de los lugares de encuentro favoritos de los jóvenes milaneses, debido a los diversos clubes de moda que aquí se encuentran.
Delante de la iglesia verás una estatua reciente que recuerda el famoso edicto llamado "de Milán", con el cual el emperador Constantino concedió libertad de culto a los cristianos. La fachada de la iglesia fue reconstruida a finales del siglo XIX.
San Lorenzo es un monumento de importancia fundamental para la historia de la arquitectura: su forma octogonal se copiará en toda Europa, y la puedes encontrar en las basílicas de Rávena, Constantinopla y Aquisgrán. La iglesia es aún más interesante si se mira desde atrás, por lo que te recomiendo que vayas hasta el hermoso parque de las Basílicas, donde la mole de San Lorenzo te aparecerá como un grandioso y dinámico complejo de capillas y campanarios, agrupados en torno al colosal cuerpo central.
El jardín que conecta las basílicas de San Lorenzo y San Eustorgio es uno de los lugares con más encanto de Milán: por desgracia, hasta 2020 no podrás disfrutar de la vista de estas antiguas iglesias de ladrillo debido a las obras de construcción del metro.
CURIOSIDAD: las columnas de San Lorenzo corrieron un gran riesgo en el siglo XVI, cuando el rey de España vino de visita a Milán. Como el cortejo del rey debía entrar a la ciudad precisamente por esa parte, alguien propuso derribar las columnas para ensanchar el paso, ya que eran unas viejas ruinas... Por fortuna, el sentido común prevaleció y ¡las columnas se salvaron!