Acabas de entrar en la llamada sala de la Rocchetta, donde se custodia la colección de artes aplicadas. Te sorprenderá ver tantos objetos distintos y fascinantes. Todos son antiguos, por supuesto, pues datan en su mayor parte de los siglos XV y XVIII. Es muy importante la colección de cerámica, con mayólicas italianas del Renacimiento, no te pierdas en especial las de Pésaro y Urbino. ¿Y los servicios del siglo XVIII? ¿Te gustaría tener en tu mesa los maravillosos platos elaborados en Milán y Lodi?
No te olvides de la colección de orfebrería, con obras de diferentes épocas y diversos materiales preciosos: oro, plata, marfil y esmaltes. Aquí también podrás contemplar instrumentos científicos, bronces renacentistas y barrocos y una serie de objetos de vidrio y cristal.
Ahora haz una pausa y ve a la sección de instrumentos musicales.
Si te gusta la música, aquí puedes ver una hermosa colección de instrumentos musicales, de teclado y cuerda, de viento y percusión. Hay nada menos que 700, incluidos instrumentos africanos, japoneses e incluso australianos. Presta atención a los antepasados del piano, es decir, a las espinetas, clavicémbalos, fortepianos... y admira sus decoraciones.
Ahora haz una pausa y ve a la Sala de Baile.
Has llegado al final de la visita y te encuentras en la "sala de Baile", la más grande de todo el castillo, donde se jugaba a la "pallacorda", el deporte del que deriva el tenis. Podrás ver la serie completa de los doce tapices de los Meses, tejidos en Vigévano, no muy lejos de Milán, a principios del siglo XVI. Representan todas las actividades campesinas que se desarrollan en los doce meses del año. Si prestas atención a los signos astrológicos también podrás reconocer cada uno de los meses.
CURIOSIDAD: has visto pianos entre los instrumentos musicales. ¡Piensa que en uno de ellos tocó el gran Giuseppe Verdi en persona!