Ahora que estás en la Catedral, lo primero que tendrás que hacer es acostumbrarte a la luz. Te aconsejo que te quedes cerca de la entrada y que te sitúes justo en el medio, para tener una idea general de cómo es el interior.
Incluso si fuera brilla el sol, tendrás la impresión de encontrarte en un lugar gigantesco inmerso en la penumbra. Y sin embargo, no faltan las ventanas: hay hasta cincuenta y cinco, incluyendo los tres enormes ventanales del fondo. El hecho es que la luz se filtra por las vidrieras pintadas de colores, como ocurre en otras catedrales góticas europeas. Estas vidrieras fueron realizadas por maestros italianos, franceses y alemanes en un periodo de tiempo muy prolongado, desde el siglo XV hasta el XX. Los paneles más antiguos y valiosos se conservan actualmente en el Museo del Duomo.
Probablemente no lograrás acostumbrarte de inmediato a las dimensiones de esta fabulosa caverna gótica, que en el fondo se asemeja a un bosque, puesto que tiene nada menos que 52 altísimos pilares, todos revestidos de mármol de Candoglia, que dividen el espacio en cinco naves. En la parte superior de estas columnas, en lugar de capiteles, observarás que hay estatuas de santos. Piensa que cada pilar, en el exterior, se corresponde con una aguja.
Sólo para hacerte una idea de sus gigantescas dimensiones, debes saber que la Catedral tiene 153 metros de largo, una vez y media un campo de fútbol. La anchura máxima se alcanza en el brazo transversal de la cruz: ¡nada menos que 93 metros! En total, son casi doce mil metros cuadrados, y entre el interior y el exterior, hay más de tres mil estatuas. Los cimientos son profundos, pero en el transcurso del último medio siglo han sufrido muchos problemas, principalmente debido a los túneles y vibraciones del metro.
CURIOSIDAD: entre los colores utilizados para las vidrieras de la Catedral estaba también el azafrán, y es precisamente por esta razón por la que esta especia perfumada y deliciosa hizo su entrada en la gastronomía de la ciudad, convirtiéndose en el ingrediente principal del famoso "risotto" a la milanesa. Si no lo has probado nunca, ¡debes sin duda saborearlo!