¡La Galería Vittorio Emanuele es el lugar comercial más sugerente y artístico de Milán!
El paseo más "milanés" que puedes dar es el que te lleva desde la Catedral al Teatro de La Scala o viceversa: entre los dos monumentos-símbolo del corazón de Milán, la lógica conexión es la espectacular Galería, una obra maestra de arquitectura y funcionalidad.
Además de ser uno de los monumentos más interesantes de la Europa del siglo XIX, la Galería es un espacio de encuentro entre las personas, y el lugar por excelencia donde se respira el espíritu y el ritmo de Milán. Desde los resplandecientes escaparates de moda a un café rápido en el mostrador, desde los interminables estantes de las librerías a los innumerables selfis de los turistas, desde el hotel más exclusivo a la comida rápida. Todo bajo un gran techo de hierro y vidrio.
Ahora el trayecto es sencillo, pero si hace dos siglos hubieras intentado ir de la Catedral al Teatro de La Scala te habrías perdido en un laberinto de viejas casas populares de varias plantas, incomodísimo de atravesar. Por ello, en abril de 1860, se convocó un concurso internacional de ideas para facilitar la circulación en el centro, uniformar los lados de la plaza de la Catedral y construir una galería comercial: ¡piensa que se presentaron nada menos que 176 proyectos! Para sorpresa de todos, se eligió un proyecto caracterizado por la funcionalidad y el pragmatismo, cuyo autor, Giuseppe Mengoni, no era milanés, sino emiliano, ¡y no era ni siquiera arquitecto, sino ingeniero de ferrocarriles!
La construcción y decoración de la Galería fue un enorme trabajo de equipo, en el cual participaron, junto con el arquitecto, equipos de decoradores, carpinteros, vidrieros, ceramistas, herreros y artesanos cualificados.
La primera piedra se colocó solemnemente en marzo de 1865, y con una velocidad asombrosa para aquellos tiempos, en el espacio de dos años, la Galería estaba lista. Diez años más tarde se completó también el arco monumental de la plaza de la Catedral, pero no hubo ninguna celebración, porque justo el día antes de la inauguración, el arquitecto Mengoni moría al caer de un andamio. ¿Accidente o suicidio? El misterio sigue sin resolverse.
CURIOSIDAD: desde hace poco se puede subir a la Galería gracias a un ascensor. Desde allí se puede ver todo desde las alturas, y admirar Milán con una vista de 360 grados.