El tema de la Última Cena es, obviamente, muy adecuado para un refectorio, es decir, el comedor de un convento, pero también es uno de los más difundidos de la historia de la pintura. Seguramente, cuando era joven, en Florencia, Leonardo da Vinci vio muchas Últimas Cenas de maestros toscanos de los siglos XIV y XV.
En Milán, con esta obra, tuvo la oportunidad de desafiarlos a todos. En primer lugar, decidió introducir la famosa escena narrada en los Evangelios en una especie de marco. Este marco debería servir para celebrar dignamente la magnificencia de la familia ducal de los Sforza, que le había encargado el trabajo.
El episodio de la Última Cena es uno de los momentos más importantes de la religión cristiana.
En la noche del Jueves Santo, poco antes de ser capturado y llevado al suplicio, Cristo se reunió con los doce apóstoles en una amplia sala para un banquete pascual, realizó algunas acciones rituales y estableció el sacramento de la Eucaristía, que es la ofrenda del cuerpo y la sangre bajo la forma del pan y el vino consagrados. Leonardo elige ilustrar el que es, con mucho, el momento más dramático, es decir, cuando Cristo dice la frase "Uno de vosotros me traicionará", y los apóstoles reaccionan de diferentes maneras, expresando consternación, incredulidad, angustia, perplejidad, tristeza, miedo o resignación.
Como ves, Leonardo pintó a los trece personajes a lo largo del mismo lado de una mesa rectangular: los apóstoles se agrupan en cuatro grupos de tres. Esta disposición pone aún más énfasis en la figura central de Cristo, aislado en una calma noble e imperturbable.
Antes de salir de la sala, no olvides echar un vistazo a la pared opuesta a la de la Última Cena: en el extremo de la escena de la Crucifixión aparecen los perfiles de Ludovico el Moro, su esposa Beatriz de Este y sus dos hijos: los personajes de la familia ducal probablemente fueron añadidos más adelante por el propio Leonardo, aunque ahora casi se han desvanecido por completo.
CURIOSIDAD: si te fijas, los personajes de la Última Cena están pintados como si alguien los estuviese observando desde lejos en una sala muy profunda. Pues bien, esta sala parece tan larga como ¡el refectorio en el que se encuentra la pintura!
Idioma: español