SPACCANAPOLI

Via Benedetto Croce

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Audio Guide length: 2:55
Autor: STEFANO ZUFFI E DAVIDE TORTORELLA
español Idioma: español
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Después de la obligada visita al complejo monumental de Santa Clara, vuelve a tomar por "Spaccanapoli", que en este tramo recibe el nombre de via Benedetto Croce. En la esquina con via San Sebastiano, detente delante de la iglesia de Santa Marta. Si tienes la suerte de encontrarla abierta, cruza la cancela de hierro y echa un vistazo: verás una gran cantidad de belenes realizados por artistas locales y que no tienen nada que envidiar, en cuanto a belleza y refinamiento, a los expuestos en la popular y concurrida via San Gregorio Armeno, de la que te hablaré dentro de poco.

Después de esta agradable parada folclórico-religiosa, continúa recto por la via Benedetto Croce, admirando los palacios nobiliarios, que con sus deliciosos jardines y patios y con sus salones decorados con frescos, dan testimonio del esplendor de la Nápoles de siglos pasados. Entre ellos destaca, en el número 12, el Palacio Filomarino, donde vivió hasta su muerte el ilustre filósofo al que está dedicada la calle y donde hoy tiene su sede el instituto cultural que fundó. En el lado opuesto, en el número 19, puedes ver el espléndido Palacio Venezia, antigua sede de los embajadores de la Serenísima ante el Reino de Nápoles, que recientemente se ha recuperado como sede para eventos artísticos y culturales, gracias también al encanto de sus jardines colgantes y al original patio con estructura de tres arcos.

En el número 23 tienes el Palacio Tufarelli, probablemente concebido como parte del Palacio Venezia, y en el número 45 el Palacio Carafa della Spina, con una imponente portada del siglo XVIII adornada con cabezas de leones.

Estás llegando por tanto a la plaza San Domenico Maggiore, donde el Palacio Sangro di Casacalenda te muestra orgulloso su bella fachada de orden dórico.

En el centro de esta plaza puedes admirar el obelisco de Santo Domingo, de estilo barroco, que fue erigido como exvoto después de la peste de 1656. La verdad es que hicieron falta casi cien años para que la estatua del santo se colocase en su parte superior, completando así la decoración escultórica del obelisco.

En el lado izquierdo de la plaza te señalo por último el Palacio Petrucci, o más bien su puerta de entrada, única parte que queda intacta el edificio original del siglo XV.

 

CURIOSIDAD: en la plaza San Domenico también puedes admirar el Palacio Corigliano, del siglo XVIII y sede de los departamentos de estudios orientales de la Universidad de Nápoles. Tal vez ya se te haya pasado un poco la edad, pero mézclate igualmente con los estudiantes que entran y salen: descubrirás algunos espléndidos interiores rococó, perfectamente conservados.

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