¡El Coliseo está considerado como una de las siete maravillas del mundo moderno!
Estás ante el anfiteatro Flavio, símbolo de la grandeza de la Roma imperial, llamado "Coliseo" por la colosal estatua de Nerón de treinta metros de altura que se alzaba en la plaza que lo precede. Mientras decides si sucumbes a la tentación de hacerte un selfi con los figurantes vestidos de "centuriones", te cuento su historia: debes saber que está a punto de cumplir ¡dos milenios de la vida!
Fue de hecho en el 72 después de Cristo cuando el emperador Vespasiano comenzó su construcción en la zona donde antes se extendía el lago artificial excavado por Nerón frente a su residencia, la famosa Domus Aurea, o casa de oro. Pero Nerón no había dejado un buen recuerdo entre el pueblo, y como gesto de reconciliación, Vespasiano hizo drenar la laguna y la sustituyó por el mayor anfiteatro concebido hasta entonces.
La inauguración tuvo lugar en el año 80, con el emperador Tito, con combates de gladiadores, fiestas y espectáculos que duraron cien días seguidos y vieron la muerte de ¡cinco animales salvajes traídos desde África!
Posteriormente, el emperador Domiciano hizo excavar los subterráneos para sanear el subsuelo. Los ludi, es decir, los combate entre gladiadores, cesaron en torno al año 400, pero las peleas entre animales continuaron durante otros dos siglos. Pero en la arena también se llevaban a cabo exhibiciones de malabaristas, competiciones atléticas, paseos a caballo y batallas navales.
Se sabe además que durante la Edad Media se transformó en una fortaleza, luego quedó en ruinas y se utilizó como cantera de piedra. Fue declarado "patrimonio de la ciudad" a principios del siglo XIV, por orden del emperador Enrique VII, pero se continuó aprovechando sus materiales para la construcción, reciclados en edificios renacentistas, como el Palacio de la Cancillería, el Palacio Venezia y la Basílica de San Pedro.
A mediados del siglo XVIII, el papa realizó un vía crucis en memoria de los mártires cristianos muertos en la arena. Todavía hoy, las celebraciones solemnes del Viernes Santo culminan con una procesión nocturna en el Coliseo, en la también participa el pontífice.
CURIOSIDAD: piensa que en la época de los gladiadores, el Coliseo estaba considerado como una de las puertas del infierno, debido a todas las muertes que aquí se producían.
En la Edad Media los ladrones enterraban a sus muertos y los magos hacían pociones con las plantas que aquí crecían.